Urgencias atendió una treintena de casos de golpe de calor

Teresa Roldán
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Desde el primer nivel asistencial, Carlos Vladimir Cobos, especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria, alertó de las consecuencias para adultos mayores y niños de la patología

Un trabajador de una obra en una calle se protege del calor con un sombrero. - Foto: José Miguel Esparcia

El calor sofocante que como consecuencia de las altas temperaturas se viene registrando desde comienzos de semana con temperaturas máximas que rozan o superan los 40 grados en el caso de ayer y para la jornada de hoy, que sitúan a la capital en alerta amarilla, y a varios municipios como Hellín y Almansa en alerta naranja, nos hace estar inmersos en lo que podría ser la primera ola de calor.

Una situación que desgraciadamente a pesar de las recomendaciones de los profesionales sanitarios, puede desembocar en los temidos golpes de calor o que agrava otras patologías sensibles a las altas temperaturas, en particular en las personas más vulnerables, como son los ancianos y los niños.

De hecho, el año pasado por estas fechas los profesionales del Servicio de Urgencias ya habían atendido 20 casos de personas con sospecha de golpe de calor, cerrándose el año con una treintena de atenciones por esta causa. 

Desde el primer nivel asistencial, médicos y enfermeras insisten en las precauciones que debe adoptar la población en esta época del año para proteger su salud. En concreto, el enfermero especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria del centro de salud Zona 5-B, Carlos Vladimir Cobos, aseguró que un golpe de calor puede provocar una descompensación en las patologías de base de las personas mayores, causando además deterioro cognitivo, en el caso de los pacientes cardíacos sufrir un empeoramiento o debutar con una enfermedad del corazón, «teniendo en cuenta que el calor provoca un estrés que puede causar arritmias, infartos, una insuficiencia cardíaca o incluso desembocar en un fallo multiorgánico». En el caso de los niños Cobos detalló que una exposición excesiva sin tomar precauciones a altas temperaturas puede acarrear una deshidratación y generar convulsiones «por el desequilibrio electrolito que podría ocasionar la deshidratación, originando una pérdida de consciencia, síntomas éstos que también pueden darse en adultos mayores, y todo ello provocar en el peor de los casos un fallo multiorgánico».

Por ello, las recomendaciones son iguales para grandes y pequeños, siendo la principal una correcta hidratación, con la ingesta de agua a lo largo del día, evitando en el caso de los adultos las bebidas alcohólicas «porque puedan causar un mayor riesgo de deshidratación», indicó el especialista en Enfermería Familiar, que insistió que en el domicilio se debe mantener ventilado el hogar lo máximo posible; evitar la práctica de ejercicio físico en las horas centrales del día;una alimentación con comidas ligeras y el sudo de ropa adecuada son otros consejos a seguir.

Es importante, en opinión del enfermero Cobos «que la gente sepa identificar los síntomas  del golpe de calor y pedir ayuda profesional». Los más frecuentes son la piel roja caliente y seca (se agota la transpiración), respiración y frecuencia cardíaca acelerada, dolor palpitante de cabeza, vértigos, mareos, desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.