El pasado 16 de enero, el Gobierno central enterraba de forma definitiva el proyecto de Almacén Temporal Centralizado (ATC) proyectado en la localidad conquense de Villar de Cañas, mediante una resolución publicada en el Boletín Oficial del Estado.
El carpetazo definitivo del proyecto de ATC se recibió con alborozo y satisfacción por parte de la Junta de Comunidades, la Plataforma contra el Cementerio Nuclear de Cuenca, organizaciones ecologistas y partidos políticos, pero esta decisión tenía letra pequeña.
Y esta letra pequeña afecta en gran medida a Albacete, entre otros sitios, porque los residuos nucleares hay que almacenarlos en alguna parte y, como no ya puede ser en el difunto ATC, deberá ser en otra clase de instalaciones que presten un servicio similar.
Estas instalaciones se llaman ATD (Almacenes Temporales Descentralizados) y una de ellas estará a sólo 86 kilómetros de distancia de la ciudad de Albacete. De hecho estará, dentro del recinto de la central nuclear de Cofrentes, según consta en otra resolución publicada hace muy poco en el BOE.
Fue el pasado 10 de agosto cuando el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) publicó la declaración de impacto ambiental del proyecto del ATD, que albergará «la totalidad del combustible gastado y los residuos especiales generados durante la operación de la central nuclear».
Victoria pírrica. Dicho de otra forma, que la defunción del ATC es una victoria pírrica para nuestra provincia, ya que los residuos se almacenarán más cerca. Las cifras hablan por sí solas: por carretera, de Albacete a Villar de Cañas hay 132 kilómetros, pero de Albacete a Cofrentes, sólo hay 86.
Pero si hablamos de la provincia de Albacete, las distancias son todavía menores, porque el futuro ATD en Cofrentes estará a 15 kilómetros de Balsa de Ves, a 28 de Villa de Ves y 35 de Carcelén, todos ellos municipios albacetenses situados en la comarca de La Manchuela.
En la declaración de impacto ambiental se incluye una detallada descripción de las instalaciones, que tendrán una capacidad de uso de 85 contenedores de residuos nucleares, de los que 76 serán del sistema HI-Storm FW y nueve serán del sistema HI-SAFE.
Será una instalación «a la intemperie» ubicada en el emplazamiento de la propia central nuclear, al este de un almacén ya en uso y dentro de la zona bajo el control del explotador, en un área próxima a las torres de refrigeración y en el sector norte del complejo energético.
En total, ocupará un área de 115 metros de largo por 65 metros de ancho. Habrá dos grandes losas sísmicas, donde se depositarán los contenedores en posición vertical, 52 en la losa norte y 33 en la losa sur, con nueve posiciones libres para facilitar la recolocación y el almacenamiento.
La losa norte tendrá una superficie de 1.700 metros cuadrados y la losa sur, de 1.400 y entre ambas habrá un pasillo que permitirá el paso de maquinaria para manipular los contenedores. Toda la zona de almacenamiento estará rodeada por un muro perimetral de hormigón armado.
Como parte de la evaluación de impacto ambiental, en la publicación del BOE se indica que, tal y como marca la ley, se abrió un período de consultas para que las administraciones públicas afectadas pudiesen hacer las alegaciones y consideraciones que estimasen oportunas.
En este sentido, se hace constar que se recibieron alegaciones de Terraegeoconsulting, Movimiento Ibérico Antinuclear, Ecologistes en Acció del País Valenciá y la organización Tanquem Cofrents. Sin embargo, no consta que hubiese ni una sola respuesta procedente de la provincia de Albacete.
Pero siempre de acuerdo al BOE, sí que se pidió su parecer a cinco instituciones de nuestra provincia: la Diputación Provincial de Albacete, la Subdelegación del Gobierno en la provincia de Albacete, y los ayuntamientos de Balsa de Ves, Villa de Ves y Carcelén.
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