Laporta y el caos

Diego Izco (SPC)
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Solo 8 de los 24 fichajes que ha realizado el Barça en su segundo mandato (sin contar los de la actual campaña) siguen en el equipo

El dirigente no ha logrado crear un proyecto deportivo estable en esta etapa. - Foto: Alejandro García (EFE)

Una lona de 20 metros de ancho por 50 de largo y un mensaje rotundo en ella: «Ganas de volver a veros». Aquel mensaje, colocado en el lateral de un edificio cercano al Santiago Bernabéu en diciembre de 2020, le valió a Joan Laporta el regreso al palco. El 38º y 41º presidente del Barça afronta la cuarta temporada desde su regreso… y la sensación de caos, improvisación y huida hacia adelante no le abandona: la salida de Gündogan una temporada después (con el objetivo de liberar masa salarial para poder inscribir a nuevos futbolistas) es un ejemplo más de una planificación difícil de entender. Solo ocho de sus 24 fichajes, sin contar los de este verano, siguen en nómina.

Si la estabilidad en la dirección deportiva fue la marca de la casa del brillante primer mandato (Txiki Begiristain fue el único 'gran jefe' de 2003 a 2010), el segundo está marcado por los vaivenes y los sobresaltos. Ramón Planes primero, Mateu Alemany después y finalmente Jordi Cruyff abandonaban el 'barco a la deriva' de Laporta, que apostaba por Deco y por el enorme peso de representantes/magnates como Jorge Mendes o Pini Zahavi. 

Curso a curso

De la 21/22 solo continúan Ferrán Torres (se pagaron 55 millones al Manchester City) y Eric García (también procedente de los 'sky blue' pero como agente libre). Las otros ocho incorporaciones ya están lejos de la Ciudad Condal. Se invirtieron 12 millones en Emerson Royal, hoy lateral derecho del Milan; y 0,5 en Yusuf Demir, futbolista austriaco del Rapid de Viena que no cuajó como «la gran estrella» que prometían. Los demás llegaron libres: Aubameyang (12 'kilos' del Chelsea) y Memphis (3 del Atlético) al menos dejaron dinero en las arcas del club. Ya no siguen Dani Alves -que se encontraba sin equipo cuando regresó al Barça-, Sergio Agüero -dejó el fútbol por problemas cardíacos- y terminaron sus cesiones Luuk De Jong y Adama Traoré. Dos de 10. 

Las palancas económicas de verano de 2022 permitieron una planificación de mayor calado y éxito. Sin la venta del 25 por ciento de los derechos audiovisuales y el 49 de Barça Studios, el club no habría podido asaltar los fichajes que le permitieron reconquistar el título de Liga. Cinco de los ocho futbolistas que aterrizaron aquel curso permanecen hoy en el vestuario: Raphinha (se pagaron 58 'kilos' al Leeds), Koundé (50 al Sevilla), Lewandowski (45 al Bayern), Pablo Torre (cinco al Racing de Santander) y Christensen (llegó libre procedente del Chelsea). También llegaron a coste cero Marcos Alonso, Héctor Bellerín y Franck Kessié, por el que el Barça (que le puso una cláusula de rescisión de 500 millones de euros) sacó 12,5 millones del Al-Ahli. 

Ya en la pasada 23/24 se perdieron las formas. Solo Íñigo Martínez, que aterrizó libre procedente del Athletic, continuará al cien por cien en el equipo. El 'caso estrella' es el de Vítor Roque, un delantero que nadie pidió (al menos no Xavi, técnico en el momento de su llegada) y que le costó al Barça 40 millones de euros más variables -cerca de los 61, según algunas fuentes-. Se lo trajo con prisas en enero de 2023… y apenas tuvo minutos. Tampoco sigue Gündogan tras una operación surrealista: fichaje estelar del pasado curso (a coste cero) que libera una ficha anual de 15 millones. Ni Oriol Romeu (se pagaron tres al Girona) o los cedidos Joao Félix o Cancelo. Uno de seis. 

Al Barça le han entrado prisas a la hora de 'soltar lastre' en el último tramo del mercado. A Deco no le salen las cuentas para estar en la regla '1:1' (norma que permitirá invertir al club en fichajes lo que consiga en ventas). La salida del alemán libera masa salarial, pero no la del punta brasileño, porque no estaba inscrito. Lenglet o Christensen son otros dos nombres sobre la mesa para dar el primer paso (inscribir a Dani Olmo) y soñar con nuevas incorporaciones.