El cartel de la Feria de 2024 ya está en la calle. Septiembre en vena se titula la obra de la joven diseñadora ontureña Isabel María del Ramo y pronto surgió la polémica por cierto parecido con el cartel anunciador de las fiestas de la localidad catalana de Castellbisbal de 2021 o de las fiestas del Pilar de Zaragoza de 2015. La autora niega cualquier tipo de plagio. Polémicas aparte, habría que analizar los elementos que aparecen en el cartel de nuestra Feria. Cabe destacar la vuelta, después de 76 años de ausencia, de la imagen de la Virgen de Los Llanos, patrona de la ciudad, y motivo principal por el que se celebra la Feria en estos precisos días de septiembre. Es un símbolo de nuestra cultura milenaria que debe estar en cualquier cartel que se precie, porque la virgen marca el calendario de la capital, pese a quien pese. La sociedad actual no debe renunciar a sus raíces católicas, por mucha multiculturalidad que exista. Albacete, y por supuesto España, es como es fruto de sus tradiciones y costumbres, muchas veces asociada a la religión -en nuestro caso cristiana-, pero es así aquí, en Nigeria o en Suecia. La globalización amenaza las costumbres locales y regionales y empobrece nuestra sociedad actual.
La otra cuestión es la ausencia de cualquier motivo alusivo a la tauromaquia. Desde el año 2009 no aparece ninguna referencia a los espectáculos taurinos que se celebran durante nuestra Feria. Los toros son la actividad que más público tiene durante la Feria de largo respecto a los demás. Por esta razón, sería lógico que el cartel hiciera alguna referencia a la tauromaquia. Es más, este año aparecen algunos elementos arquitectónicos del Recinto Ferial, pero se obvia la plaza de toros, uno de los monumentos más importantes de la ciudad que forma parte de la propia Feria. Algunos se escudan en que la feria taurina ya tiene su propio cartel, pero no estaría de más que hubiera una especial sensibilidad hacia este sector que atrae a miles de espectadores hasta la capital manchega todos los años.
Los tiempos cambian, pero es responsabilidad de todos que las costumbres y las tradiciones que marcaron la ciudad durante siglos se mantengan, porque son las raíces donde se hunde el origen de la sociedad actual y poseen las respuestas a muchos por qués que se hacen las nuevas generaciones de albacetenses. Habrá que analizarlo para no volver a caer en los mismos errores.