Con el soniquete de los niños de San Ildefonso se da por iniciada la Navidad en España. El sorteo de la Lotería de l22 de diciembre, el más popular de todo el calendario anual, detiene por unos días la cotidianidad y quien más, quien menos es imbuido por el espíritu navideño, aunque excepciones haberlas, haylas. Algunos aprovechan esa bajada de guardia mayoritaria para hacer las mayores tropelías, pero en general los buenos deseos invaden a toda la sociedad.
Para la inmensa mayoría de españoles hoy será de nuevo el día de la salud y para unos pocos agraciados por la suerte les cambiará la vida gracias a una lluvia de miles de euros -ya no suelen ser millones como antiguamente-. En no pocos casos esa suerte se convierte en desgracia al no saber administrar correctamente ese dinero caído del cielo y del que el Estado también coge su tajada, vía impuestos, que luego repercutirán en el bienestar de los ciudadanos.
Este año, al ser domingo el día del sorteo, las administraciones de Lotería abrirán sus puertas y darán ambiente a las calles, casi desiertas, de este fin de semana previo a la Navidad. En Albacete, estas administraciones venden cada día más en el sorteo de la Lotería de Navidad. De hecho, según los últimos datos oficiales, en la última década, es decir, desde 2014, el gasto para el 22 de diciembre creció en 10 millones de euros y pasó de los 21,1 millones a los 31,1 millones de este año.
Los ciudadanos se encomiendan a la Lotería y sueñan con conseguir un premio que les sirva para tapar agujeros económicos de la economía familiar, agrandados por la inflación de los últimos años. El poder adquisitivo cada vez es más ajustado y nunca viene mal un premio de la lotería para mejorar la situación económica.
Comienza hoy una tregua en todos los sentidos, aunque la situación política y judicial del país parece que no descansará a buena cuenta de que la hostilidad se ha instalado entre los dos grandes bloques ideológicos. Sólo en un ejercicio de Inteligencia Artificial, podremos ver a los líderes antagónicos de los partidos políticos abrazados con deseos de paz y prosperidad para toda la sociedad. Cuando abandonamos ese espejismo, la realidad nos hace darnos de bruces con el confrontamiento existente y al que no se le intuye un final halagüeño, que digamos.
Mientras tanto, centrémonos en la jornada de hoy, donde la ilusión y la esperanza, por partes iguales, llegan hasta que el Gordo sale del bombo y un año más volvemos a conformarnos con tener salud. Esperemos que en estos días reine el ambiente navideño y las tensiones se queden aparcadas hasta después de los Reyes Magos.