El pasado fue un curso movido para el sector agrario español. Durante varios meses desde febrero, los agricultores y ganaderos se echaron a las calles con sus tractores, animales y pancartas. Muchas veces con motivaciones específicas diferentes, algo lógico dado que cada rama productiva tiene sus problemas propios, pero siempre con una cuestión de fondo común: hacer de su actividad un medio digno para ganarse la vida. Pero a pesar de tantas manifestaciones y tractoradas, las cosas no han sufrido cambios demasiado significativos, al menos en opinión de las organizaciones profesionales agrarias (OPA).
Así las cosas, ASAJA, UPA, COAG, Unión de Uniones y Cooperativas Agro-Alimentarias de España no descartan nuevas movilizaciones con el arranque del curso si el Gobierno desoye las peticiones del sector: buscan mayores «concreciones» en las ayudas y soluciones efectivas. Así lo han asegurado los principales representantes de las OPA, que también han explicado los retos que afronta el sector y las peticiones centrales que trasladan al Ministerio de Agricultura de cara al inicio nuevo curso.
Las movilizaciones de principios de año desembocaron en 43 medidas de apoyo puestas en marcha por el Ministerio -y firmadas únicamente por UPA y Unión de Uniones-. Pero, a pesar de estas iniciativas, la situación de incertidumbre pervive en el sector y, con ella, la amenaza de nuevas protestas en calles y carreteras. El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias, Ángel Villafranca, ha advertido de que la convocatoria de movilizaciones es algo que «está ahí, que no se puede descartar, aunque no son el mejor sistema» ya que se pueden evitar desde las administraciones.
Para el secretario de organización de ASAJA, Juan José Álvarez, «los problemas siguen ahí y no ha habido solución para la mayoría», por lo que el sector seguirá con movilizaciones como las que, según ha adelantado, protagonizarán los vendimiadores de La Rioja debido al «incumplimiento» de la Ley de Cadena. El horizonte de las tractoradas no está lejos para el secretario general de COAG, Miguel Padilla, quien ha asegurado que «es posible que haya movilizaciones en las próximas fechas» dado que no ha habido «concreciones» por parte del Ministerio, más allá de «lo que afecta a la Política Agraria Común (PAC)».
En esa línea se manifiestan también las dos organizaciones firmantes del acuerdo de 43 medidas. El secretario general de UPA, Lorenzo Ramos, ha señalado que, con el final del verano y de muchas cosechas agrícolas, aumenta el «paro» de muchos productores que, frente a esta situación, podrían adherirse a las movilizaciones «si hay medidas que no se cumplen». Las previsiones de Unión de Uniones son similares. Su coordinador nacional, Luis Cortés, ha apuntado que «los tractores volverán a las calles este invierno» si no se resuelven los problemas del sector, como el alza de las importaciones extranjeras.
Y es que las principales trabas que sufren agricultores y ganaderos, aquellas que les hicieron salir a la calle hace ya más de medio año, siguen presentes y sin visos de ser solucionadas a corto plazo. Las palabras de los portavoces se repiten a la hora de mencionar estos problemas, como la competencia desleal de terceros países o la falta de relevo generacional.
Otro de los obstáculos para dignificar la actividad agraria, según ha explicado Villafranca, es el acceso a los recursos hídricos y la situación de sequía que, aunque este curso ha mejorado, requiere de una «política del agua» en la que participen todas las administraciones. Padilla, de COAG, coincide con Villafranca en que el problema del agua es uno de los más acuciantes de todos los que tienen que afrontar los agricultores: ha habido periodos de sequías «muy importantes» que han afectado a muchas producciones, ha explicado. A juicio del portavoz de ASAJA, el campo trabaja con «palos en la ruedas» y «políticas contraproducentes» como la reforma laboral, que tiene «efectos negativos en el sector».
Para el representante de UPA, es necesario afrontar la especulación, por lo que ha pedido «reforzar» la AICA y la Ley de Cadena Alimentaria, opinión que comparte el portavoz de Unión de Uniones, quien ha denunciado que «no se está cumpliendo la ley por negligencias de las administraciones».
Perticiones al Ministerio.
Ante todos estos desafíos, el sector exige ayudas más concretas y soluciones más efectivas. El presidente de Cooperativas ha resumido en dos palabras las peticiones que hacen para este nuevo curso: diálogo y escucha, algo que no solo le piden al Gobierno central, sino también al resto de administraciones que tienen en sus manos competencias del sector. En el caso de ASAJA, su portavoz ha lamentado que las 43 medidas propuestas por el Departamento «dejaron mucho que desear» para los que no firmaron y ha pedido que «se tome más en serio» la simplificación de la PAC, que fue una de las promesas estrella de Planas y que los profesionales del campo no están notando demasiado aún. Por su parte, Padilla ha pedido la apertura de una nueva mesa de negociación con el Ministerio para «abordar de verdad los problemas de fondo» y «situar a la agricultura profesional» en el centro de las políticas.
Sobre las 43 medidas, la organización UPA, que sí las firmó, ha considerado que, en los próximos meses, Agricultura tiene que trabajar para «cumplir al 100%» el acuerdo. Además, a juicio de Ramos hay que «aclarar cuestiones» como la ley de representatividad para «normalizar las cosas». Por último, de cara al nuevo curso, el coordinador de Unión de Uniones ha reclamado más peso al Ministerio en la toma de decisiones que afectan al sector y que «no permita» que otros departamentos como el de Transición Ecológica «impongan normas», en referencia a cuestiones como la del lobo o la Ley de Restauración de la Naturaleza.
En resumen, comienza un nuevo curso político en el que el Ministerio de Agricultura habrá de ponerse las pilas si no quiere ver las calles llenas de tractores día sí y día también, como ya ocurrió en la primera mitad del año. Los problemas más importantes que atenazan al sector primario siguen ahí y la sociedad española -especialmente el mundo rural- no puede permitirse perder un ganadero ni un agricultor más.