Es un picador de dinastía y ha completado una temporada que ni él mismo la hubiese imaginado con 60 festejos toreados. Además de ir esta año con el maestro Paco Ureña, ha toreado con otros de máxima proyección, habiendo pisado plazas de máxima importancia. Cristian Romero no es una promesa, es ya una realidad. «Soy picador de dinastía, porque la afición me viene por mi padre Ricardo Romero que es picador, y desde pequeño siempre he ido con él y cuando he podido le he acompañado donde ha toreado, por lo que al final se me ha metido la afición y la profesión. Nunca se me pasó por la cabeza intentar ser torero y directamente quise ser picador y en ello estoy. Mi madre, con el paso de los años se ha hecho aficionada porque tenía el toro en casa y además ella es colombiana, de Cali, donde el mundo del toro se vive con intensidad».
Como fue su aprendizaje. «Yo hice como mi padre me dijo, hacer mucho campo, prepararme muy bien, picar todo lo posible, como digo, en el campo, vacas, toros, en fin, todo lo que se pueda y una vez que lo haces, empiezas a verte con cualidades para ir a una plaza. El primer novillo que piqué fue en la finca de Mario Sotos en La Hinojosa y ya empecé a venir a Los Prados en mis primeros tentaderos con el maestro Dámaso y ya me fueron saliendo sitios para tentar, como en los Juanandreses En Santa Elena, Los Ronceles, La Remonta, El Palomar, Daniel Ruiz, Las Ramblas, Los Chospes, en fin en muchas ganaderías, aunque principalmente ha sido en Los Prados. Luego debuto en público en 2019 en un festival con José Ignacio Rodríguez».
En casa ha habido caballos. «Siempre hemos tenido caballos en casa y desde muy pequeño he pasado mucho tiempo subido a caballo, desde que tengo uso de razón me he visto en la montura de un caballo. Lo principal es saber montar bien ya que, si no controlas aquello, tendrás dificultades para picar y yo los inviernos los paso domando caballos de picar. Antiguamente podrías encontrarte en una plaza de pueblo caballos poco domados o mal domados y que fuesen complicados, pero ahora hay buenas cuadras en todos sitios y no te encuentras ningún problema, solo algún caballo suelto que tenga alguna cosa».
Toreros.
Ha ido con buenos toreros. «Como dije antes, debuté con José Ignacio Rodríguez, pero quien apuesta por mí es Sergio Felipe que fue junto con Daniel Medina, Jorge Molina y Manuel Caballero con los que consigo juntar el número de novilladas necesarias para que me dieran el carné de picador de toros. También he toreado con Jesús Moreno, Molina, Sergio Serrano, Alejandro Peñaranda, entre otros y esta temporada he tenido la suerte de ir con una figura como es Paco Ureña con el que he toreado las 19 corridas de toros suyas y 9 o 10 festivales y también he toreado con Samuel Navalón, todas sus novilladas y dos corridas de toros, la de la alternativa en Albacete y la confirmación de Madrid. Este año he ido siete tardes a Las Ventas. El mayor halago que te pueden hacer no es una ovación, sino el que tu matador te diga que lo has hecho bien».
Un gran número de festejos toreados. «Han sido esta temporada 60 festejos. Este año es un sueño cumplido porque además de Ureña, Navalón y Molina, he podido torear con Román, José Carlos Venegas y Cid de María».