La Sección Segunda de la Audiencia Provincial sentará en el banquillo de los acusados el próximo lunes, a un hombre que se enfrenta a 16 años de prisión por asaltar dos sucursales bancarias y detener ilegalmente a uno de los empleados.
Además de la pena de prisión la Fiscalía solicita que el acusado no se pueda acercar a los dos trabajadores de las sucursales asaltadas, ni a su lugar de trabajo, ni comunicar con ellos por un periodo de siete años y que indemnice a una de las entidades bancarias con 2.540 euros.
Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los hechos se remontan a las 13,13 horas del día 1 de julio de 2022, cuando el procesado, F.J.D., que actualmente tiene 39 años de edad, se dirigió a una sucursal bancaria de la localidad de Madrigueras, que se encontraba en horario de apertura al público, y ocultando los rasgos de su rostro mediante un casco de trabajo blanco, unas gafas de visión de pasta y una mascarilla quirúrgica de color azul, accedió al interior de la oficina.
Los atracos. Una vez allí, el acusado se dirigió al extremo del mostrador, donde se encontraba el único empleado, E.O.T., y con intención de coartar su libertad y doblegar su voluntad, sacó del pantalón un revólver y apuntándole con el mismo, le exigió la entrega de todo el dinero que allí hubiese, consiguiendo así apoderarse de 1.520 euros, que metió en una bolsa de plástico.
Tras guardar el dinero, el acusado ordenó al empleado que entrara en un cuarto situado al fondo de la oficina y, una vez allí, con una brida le ató las manos a la espalda, obligándole a tumbarse en el suelo, apagando las luces y cerrando a continuación la puerta, dejando la entidad bancaria después.
Mientras tanto, el empleado, sin poder zafarse de las bridas, y tras mucho esfuerzo, finalmente pasados unos minutos, logró apretar el botón de alarma que se hallaba en dicho cuarto y salir al exterior, donde pudo pedir auxilio y una tercera persona le cortó las bridas. No consta que, a causa de estos hechos, sufriera lesión.
El dinero no ha sido recuperado, por lo que el perjudicado reclama.
Sobre las 12,15 horas del 2 de agosto de 2022, el acusado con intención de apoderarse de todo lo que de valor encontrara, se dirigió a una nueva sucursal bancaria, en esta ocasión de la localidad de Minaya, que se encontraba en horario de apertura al público.
De nuevo el acusado ocultó los rasgos de su rostro, en esta ocasión mediante la colocación de una gorra oscura, a la altura de los ojos y una mascarilla quirúrgica de color azul.
Tras acceder al interior de la oficina bancaria, el acusado se dirigió al mostrador en el que había un único empleado, M.J.T., y mostrándole un revólver, que llevaba oculto en el mono de trabajo que vestía, le exigió la entrega de todo el dinero que allí hubiese, consiguiendo hacerse con un botín de 2.450 euros, que metió en una bolsa de plástico.
Posteriormente el acusado ordenó al empleado que entrara en el cuarto de baño de la oficina y, una vez allí, con una brida le ató las manos a la espalda y, tras obligarlo a tumbarse en el suelo, le ató también los pies, conminándole a que permaneciera allí 10 minutos, saliendo a continuación de la oficina.
Sin embargo, el procesado no logró su objetivo de apoderamiento definitivo del dinero, puesto que fue detenido instantes después por agentes de la Guardia Civil, que se encontraban en las proximidades y que fueron avisados de la posible sustracción. Los agentes recuperaron el dinero, que fue devuelto a su legítimo propietario y pusieron a salvo al trabajador.
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