Estudian los retos y potencialidades del sector oleícola

E.F
-

El Salón de Actos de la Facultad de Económicas de Albacete acoge una mesa redonda organizada por la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha

El acto se desarrolló en la Facultad de Económicas de Albacete. - Foto: A.P.

El salón de actos de la Facultad de Económicas y Empresariales de Albacete acogió ayer la celebración de la mesa redonda Los Mercados del Aceite, organizada por la Academia de Ciencias Sociales y Humanidades de Castilla-La Mancha.

Moderada por el Decano de Económicas, Francisco Escribano, participaron Ángel Tejada, catedrático de la Facultad de Económicas; Luis Fernández presidente de Tierra Verde, y Fernando Córcoles, consejero delegado de Jaencoop.

Poco antes de comenzar, la presidenta de la Sección de Economía, Rosario Gandoy, explicaba que se trataba de la primera de cinco jornadas en torno al potencial y a los retos de la industria agroalimentaria en Castilla-La Mancha.

«El cultivo del olivar es el primero de la región», destacó, «pues ya supera a la vid, pero esto sucede en un entorno complicado, porque el sector oleícola tiene desde retos climáticos, como económicos y hasta de tipo geopolítico».

Por citar algunos ejemplos, citó los fenómenos meteorológicos extremos, el incremento de costes agrícolas derivado de la Guerra de Ucrania o la incertidumbre sobre  la política arancelaria que vaya a seguir la Administración Trump.

Por su parte, Ángel Tejada hacía hincapié en la necesidad de tener un sector oleícola fuerte que genere un valor añadido que se quede en la región, en vez de limitarse a exportar  producto «sin marca» a terceros países.

Fernando Córcoles, por su parte, destacaba que el año 2024 batió récords «porque hemos logrado exportar aceite de oliva a 158 países» aunque hay tres zonas del mundo que concentran la mayor parte de las exportaciones: EE.UU., la Unión Europea y Mercosur.

Por último, Luis Fernández habló de un subsector específico, que es el del aceite de oliva ecológico, que en los últimos años se ha vuelto «un plus, una ventaja para el aceite de oliva español a la hora de salir al exterior, comercializarlo y atraer la atención del cliente».