«Usé mi biografía para construir 'La mancha'»

Antonio Díaz
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El escritor y periodista albacetense Enrique Aparicio (@Esnorquel) presentó en Librería Popular su primera novela, La mancha. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra

Enrique Aparicio. - Foto: Víctor Fernández

El escritor y periodista albacetense Enrique Aparicio (@Esnorquel)  presentó en Librería Popular su primera novela, La mancha. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra. 

¿Por qué @Esnorquel?

Si hubiera sabido que casi 20 años después me seguirían llamando Esnorquel, me lo hubiera pensado mejor. Era mi nick en una de las primeras redes sociales, el personaje de una serie de dibujos animados, porque me gustaba la sonoridad, pero resulta que con 35 años aún la gente me sigue llamando Esnorquel, mi identidad digital, digamos.

Su primera novela...

Así es, La mancha es mi primera novela, aunque había participado en volúmenes colectivos y el año pasado salió un ensayo a cuatro manos con mi compañera de podcasts, Beatriz Cepeda, entonces, no es mi primera incursión, sí la primera novela.  

¿Hay varias maneras de responder sobre La mancha?

Cierto. Para empezar es la novela que me ha llevado el último año y medio de mi vida. La mancha es la obra en la que he volcado mucho de mi vida, aunque no tanto como pueda parecer y, a nivel literario, Valentín, es el protagonista que se ve obligado a volver a su pequeño pueblo manchego después de estudiar y de llevar la vida en Madrid que él considera que es la de verdad, regresa a su pueblo.  La mancha que el lleva son todos esos asuntos sin resolver que tienen que ver con su encaje en ese pueblo, en su familia, en su clase social y en sus orígenes.  

¿Algo que quiere borrar?

Claro, es todo eso que quiere borrar de sí mismo, porque pensaba que le iba a ir mejor en Madrid, sin hablar demasiado de su familia y a qué se dedicaban y, por supuesto tiene mucho que ver con su identidad, es un chico gay que en su pueblo se ha sentido aislado e incomprendido, encerrado en sí mismo. Se encuentra que después de una carrera, un máster y muchos años de vivir fuera del armario, con la vida que considera  suya de verdad, cuando vuelve a su pueblo, casi la vida anterior sigue ahí, para que él la habite. Se da cuenta Valentín que las manchas que creía que le distinguían y le proyectaban hacia un futuro soñado, se desvanecen antes de empezar y volverá a su pueblo para entender quién es él. No es casual que la novela se llame La mancha, con n minúscula, es un juego.

¿Qué pueblo es Baratrillo de la Mancha?

He querido jugar con esa coquetería literaria que es inventar un nombre para este pueblo, como la Vetusta de Clarín en La regenta, que te da mucha plasticidad para proyectar en ese pueblo todo lo que quieras, aunque todo lo que proyecto en Baratrillo de la Mancha está sacado de pueblos reales y, sobre todo, del mío, que es Alpera. Es una sublimación de todos los pueblos manchegos.   

¿Pensó en un determinado lector para la novela?

Quiero que La mancha la lea cuando más gente mejor, por supuesto, porque la parte literaria está muy trabajada. Creo que el artefacto literario está bien armado y, por supuesto, tiene una parte testimonial, en la que he volcado mucho de mis experiencias y de otras personas. Me encantará que La mancha encuentre lectores para los que esa parte testimonial puede ser útil. Esa parte es la de una persona que se ha sentido señalada en su pueblo y que ha huido, en este caso por ser una persona del colectivo, pero no tiene por qué ser así, porque en los pueblos pequeños no faltan las razones para sentirse señalado, aunque  han cambiado mucho, ni son un paraíso ni un infierno, donde la gente vive sus vidas lo mejor que pueden y saben. También hay una apuesta en La mancha por hacer un retrato realista.   

¿Hay planes para otros proyectos literarios?

Estoy escribiendo y quiero salir de mí mismo. Usé mi biografía para construir La mancha, es autoficción y planeo no irme muy lejos, al menos territorialmente. Me encantará, y lo digo con humildad, hacer literatura manchega, signifique lo que signifique, porque lo descubriremos por el camino, pero  las historias de nuestros pueblos me siguen interesando. La historia de La Mancha no está oficializada, nunca hemos tenido reino, pero sí tenemos las historias que nos contábamos unos a otros para conocernos. Mi apuesta va a ser seguir haciendo literatura manchega.