La España rural se vacía. Miles de pueblos españoles sufren problemas graves de falta de habitantes y buena parte de ellos están calificados como «espacios rurales en riesgo de despoblación irreversible».
De acuerdo al informe 'La sostenibilidad demográfica de la España vacía', publicado este año por Joaquín Recaño, investigador del Centro de estudios demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), más de 4.000 municipios españoles sufren problemas de despoblación y han experimentado una pérdida importante de habitantes en los últimos años. Además, 1.840 localidades ya están consideradas como espacios rurales en riesgo de despoblación irreversible, que pueden llegar incluso a la extinción. Se trata de pueblos con unas características extremas: 110 habitantes de promedio, densidades de población muy bajas (4,3 habitantes por km2) y máximo envejecimiento, con edades medias próximas a los 60 años.
Castilla-La Mancha y Castilla y León, seguidas de Aragón, Asturias, Galicia, Extremadura, La Rioja, Andalucía, sur de Navarra y norte de Valencia sufren este fenómeno de la España vacía, una situación que ha sido catalogada como 'problema de Estado' en la cumbre de presidentes autonómicos. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirma además el futuro negro de estas regiones. España perderá más de medio millón de habitantes en los próximos 15 años y, nada más y nada menos que el 73% de ellos será en estas comunidades autónomas.
Cientos de pueblos están considerados ya como espacios rurales en riesgo de despoblación irreversibles. - Foto: Rueda VillaverdeAunque no se trata de un problema exclusivo de nuestra comunidad autónoma, el mapa de la despoblación en Castilla-La Mancha se extiende sobre gran parte del territorio: el 67,4% del total de los municipios tiene una densidad por debajo de 12,5 habitantes por kilómetro cuadrado y, de estos municipios, el 81% acoge menos de 500 habitantes, como se desprende de la Estrategia frente a la despoblación en Castilla-La Mancha 2021-2031.
Ante esta situación, el Ejecutivo de Emiliano García-Page aprobó una ley en mayo de 2021 con medidas económicas, sociales y tributarias para luchar contra el éxodo rural en la región.
Según los últimos datos que ofrece el INE, en Castilla-La Mancha hay 637 municipios con menos de 1.000 habitantes. En la región hay un total de 919 municipios. En estos 637 pueblos viven a 1 de enero de 2023 un total de 158.032 habitantes. La región ha perdido en los dos últimos años 1.773 habitantes en estas zonas extremadamente despobladas.
La provincia de Guadalajara es la que más municipios de menos de 1.000 habitantes tiene: 254 de 288 que conforman la provincia. A 1 de enero de este año habitaban en ellos 27.629 guadalajareños, 29 menos que dos años atrás.
La sigue, como no, la provincia de Cuenca. Tiene 238 municipios, pero en 206 de ellos hay censados menos de un millar de personas. En total, según el INE, en estos poco más de 200 pueblos viven actualmente 46.643 personas, 70 menos que en 2021.
Toledo ocupa el tercer puesto con un mayor número de pequeños municipios. Un total de 86 pueblos (de 204) cuentan con menos de mil habitantes, concentrándose en ellos 39.776 habitantes, 1.450 menos que hace dos años, convirtiéndose en la provincia de la región que más habitantes ha perdido en pequeños municipios.
La provincia de Ciudad Real cuenta con 47 municipios con menos de mil habitantes, en los que viven, a 1 de enero de 2023, 24.461 habitantes. En los dos últimos años ha perdido 1.190 ciudadrealeños, la segunda provincia donde se ha producido más éxodo en su medio rural.
Albacete, en cambio, ha sumado población en sus pequeños municipios. En concreto, 968 personas. Según el INE cuenta con 44 pueblos en los que viven menos de mil personas, con una población total de 19.523.
Pese a que estos datos no dibujan un futuro prometedor en el medio rural, Castilla-La Mancha ha contabilizado un total de 2.084.086 habitantes a fecha 1 de enero de 2023. Esto supone un crecimiento de 25.808 personas respecto a los datos del año anterior, es decir, un incremento del 1,25%. Pero es evidente que los nuevos castellano-manchegos han optado por vivir en municipios de mayor tamaño, donde cuentan con servicios públicos y ciertas comodidades que hace años ya desaparecieron de los pueblos más pequeños, no solo de Castilla-La Mancha sino del resto del país.