Mañana celebramos el aniversario de la aprobación de la Constitución española de 1978. Ni más ni menos que 45 años transcurridos. Recuerdo aquellos meses previos al referéndum, repartiendo facsímiles de su articulado por todo Albacete. Y su lectura en clase de segundo de BUP del Instituto Navarro Tomás, con la buena profesora de Historia que fue doña Ana Masegosa, madre de Pascual. Por cierto, cuando Masegosa entraba en clase nos poníamos todos los alumnos en pie por respeto. Igualito que hoy que no te dan ni las buenas tardes. Mañana el diario ABC encartará entre sus páginas grapadas un ejemplar de la Constitución. Un 5 de diciembre de 1981, tras el fallido golpe de Estado del 23F, todos los diarios nacionales, salvo aquel ultra El Alcázar, incorporaron una bandera nacional con el lema «¡Viva la Constitución!». Aquel doble folio lo coloqué en la puerta de mi habitación del Colegio Mayor de San Pablo de Madrid y a la mañana siguiente apareció quemado por algún ultra colegial. Vivir es ver volver, ya lo decía Azorín. Y en cierta manera la España de 2023 vuelve a estar dividida y enfrentada interesadamente como aquel 1981. Hoy, los españoles necesitamos volver al entendimiento. El pasado martes en el acto de presentación en Madrid de la candidatura del Teatro Circo a patrimonio mundial, subieron al escenario el presidente socialista de la Diputación y el alcalde popular de Albacete, quienes en sus intervenciones llegaron al público, porque se dejaron los papeles y hablaron desde el corazón. Previamente, este columnista había tomado la palabra para enmarcar el acto desde la concordia que significaba estar allí reunidos por y para la mejor cultura de Albacete. La sociedad civil exige concordia entre nuestros representantes en tiempos de peligrosa discordia. No podemos olvidar el enorme esfuerzo colectivo de superación que encarnó la Transición y que hoy representa la Constitución. Necesitamos con urgencia reestablecer esa concordia sin acuerdo, como la bautizó el filósofo Julián Marías, que no es otra cosa que la convivencia cívica y pacífica entre los españoles.