The Niftys volvieron a arrollar en Madrid con su "rock biling"

Virgilio Liante
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La banda tocó temas en castellano de su último álbum y en inglés de sus anteriores éxitos

The Niftys volvieron a arrollar en Madrid con su "rock biling"

«Ya sabéis que el idioma que más se habla en Albacete y casi el oficial es el inglés, aunque también utilizamos el castellano en su versión manchega». Fueron las jocosas palabras de Ana, la extraordinaria voz solista del grupo albacetense The Niftys, al inicio del extraordinario reciente concierto que protagonizaron en ese altar rockero madrileño que es la prestigiosa y veterana sala Moby Dick. Con ella justificaba que algunas de las canciones que  iban a tocar con su inmejorable directo pertenecían a anteriores álbumes del último que acaban de sacar al mercado, Antídoto, que es el que presentaban en este recital dentro de una amplia gira. Una grabación, algunos de cuyos temas fueron lanzados previamente como sencillos, sobre todo Mi ley y Volver a creer, que se han hecho muy conocidos en el resto del país.

También la cantante, además de voz en el escenario, portavoz de sus compañeros Toño (guitarra), Ángel (batería) y Fer (bajo), recordó en sus palabras que este concierto estaba previsto para el pasado 31 de marzo, pero un fuerte refriado incluyendo afonía se lo impidió. Pronto la sala, en la que ya han actuado varias veces, buscó un hueco en su programación para esta cita con la banda rockera por excelencia. De ahí que muchos de los asistentes lo hicieran con la entrada que tenían de aquel concierto, no suspendido, sino aplazado, a los que se sumaron otros, dado el prestigio que poseen los albaceteños en un lugar tan exigente como es la capital española.

Precisamente a esa exigencia se refirió Ana tras la actuación en sus declaraciones a La Tribuna, ya que es consciente de que «no sólo en música, sino en cualquiera otra expresión artística en vivo, el público madrileño está muy acostumbrado y en principio parece más difícil triunfar». Aunque, como es habitual en los paisanos, desde el primer tema hasta el último, ora en inglés ora en español, volvieron a conquistar la audiencia, mayoritariamente joven pero entre la que no faltaban viejos rockeros, todos estremecidos con la fuerza y calidad del directo de los albacetenses.  

No sólo las palmas echaban chispas tras cada una de las canciones, sino que muchas de ellas las coreaba el público, añadiendo calor y conexión con unos músicos entregados sobre el escenario a los que les llegaban las vibraciones de la pista. También al público se refería Ana al concluir el concierto, después de hora y media con tres bises, el último, Quiero pasármelo bien, que resumía el nexo de unión de espectadores y músicos: «Por fortuna, ya lo hemos experimentado siempre aquí, pero yo creo que esta vez con más fuerza que nunca, quizás porque las expectativas se habían disparado desde el aplazamiento».

De similar guisa, e idéntico agradecimiento, se había pronunciado la cantante, cuya entrega al máximo -incluyendo saltos, ponerse de rodillas, y hasta tirarse por el suelo micro en mano sin dejar de cantar, al interpretar ese Quiero pasármelo bien no desde el escenario, sino bajándose entre los asistentes para que coreasen el pegadizo estribillo que da título a la canción  y bailando con ellos. Algo a lo que en esta explosión final de música y disfrute, se animaron Toño con su guitarra y Fer con el bajo, mientras que como es lógico Ángel continuaba atado a la batería y como sus compañeros sudando la camiseta.       

Y es que, dentro del éxtasis rockero que estremeció las fibras sensibles de todos los afortunados por el sonido tan nítido como rotundo de la banda, había una especie de improvisado  denominador común en los calificativos sobre la potente  voz de Ana y su forma de moverse al ritmo del mejor rock que pueda escucharse. Siendo uno de los más extendidos el compararla a «esta imparable fiera del escenario que es Mike Jagger», el líder de los legendarios Rolling Stones, aún en activo a sus más de 80 años y montando similares shows al actuar en directo, -cual apuntó un joven tras uno de los temas-. Una comparación que ya ha escuchado la albacetense en otras ocasiones y que mereció idéntica respuesta por su parte: «Os habéis pasado».

Todo ello sin olvidar otra característica de la paisana: su sentido del humor muy de la tierra a la hora de presentar las canciones, ya que si le parece excesivo lo de Mike Jagger, no tanto lo de sentirse como Fer, Ángel y Toño, embajadores de Albacete. «Creo que en cierta medida, The Niftys sí que lo somos y estamos muy orgullosos de ello». Fe de lo cual fue su utilización de palabras dirigidas al público como bonicos, guapismos y rockeros del tó y otras. Además de su recomendación de probar el atascaburras, pidió al público que dijeran qué más sabían de Albacete  y, claro,  les animó a visitar Albacete siempre y mucho más en la Feria.

Dentro del concierto en general, con las canciones que tocaron de Antídoto (en castellano) y de sus álbumes precedentes Stoke The Fire y Sweet Bloody Trip (en inglés), todas ella compuestas y arregladas  por ellos, destacó una muy en especial. Un tema que siempre interpretan porque se trata de una extraordinaria y muy rockera versión de la famosa Come togheter de The Beatles, de cerca de 10 minutos. Y que en esta ocasión fue presentada por Fer, también con humor muy de la tierra: «Como bien sabéis, igualmente esta la hemos compuesto nosotros».

También, como se anunciaba en la publicidad de la Moby Dick, la banda tenía preparada una sorpresa para concluir el recital, eso sí, que antecedió a los tres temas añadidos como bises. Y es que el periodista Julio Ródenas, al frente del programa Turbo 3 en Radio3, la emisora musical de Radio Nacional de España, se subió al escenario con su guitarra eléctrica, de la que es un virtuoso, para tocar con ellos. Además, por supuesto de que «aunque no haga falta», cual adelantó,  aprovechar para recomendar que se siga y se apoye a The Niftys, «uno de los mejores grupos rockeros españoles». A lo que Ana respondió: «Tú sí que nos apoyas. Gracias».

Antes de despedirse del escenario, la cantante recordó que en el puesto de merchandising junto al escenario, además de los discos en CD y vinilo y las camisetas clásicas negras en serie, tenían una novedad para sus fans. «Unas camisetas nuevas hechas por nosotros, con la ayuda de nuestras madres, que son muy bonicas».  La propia Ana se adelantó a sus compañeros, que le siguieron poco después, y se bajó del escenario inmediatamente tras la última canción para atender el puesto de manera personal y departir con todo el púbico que se acercó para comprar y felicitarla por el conciertazo.