Rubén Pinar abre la puerta grande en Albacete

Pedro Belmonte
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El diestro tobarreño fue el triunfador del festejo tras desorejar al cuarto de la tarde, premiado con la vuelta al ruedo, mientras que Mario Sotos y José Fernando Molina pasearon una oreja por coleta

Pinar muestra las dos orejas que cortó al cuarto de la tarde. - Foto: ARTURO PÉREZ

En una tarde, en la que los toros y circunstancias que tienen que ver con los aceros, imposibilitaron el triunfo de los tres diestros, solo Rubén Pinar, en una declaración de cómo hay que torear, consiguió abrir la puerta grande de la plaza de Albacete, en la que ha sido la LI edición de la tradicional corrida a beneficio de Asprona. Medio aforo cubierto, agradable temperatura y la lluvia que no quiso asistir, afortunadamente, posibilitó que se lidiaran seis toros de Las Ramblas, de buena presentación en líneas generales, cinqueños todos ellos y con variado juego, aunque no estuvieron sobrados de casta, sin demasiadas complicaciones y con la vuelta al ruedo al cuarto toro, al que Pinar cortó las dos orejas, dando una lección de cómo se debe torear, haciendo al toro poco a poco hasta lograr meterlo en el cesto, estirando del animal, dejándole la muleta en la cara y sin obligarle en los comienzos hasta que rompió por ambos pitones. Temple, suavidad y mando en las ultimas series, compusieron una faena que solo muy pocos toreros tienen la capacidad de cuajar. Salió sin querer nada en el capote y a los banderilleros los sacó locos, esperando y cortando en banderillas, pero al final, las series se volvieron con muletazos largos, haciéndole ver al de Las Ramblas, que tenía que perseguir la muleta, que por el izquierdo hasta consiguió que la quisiera larga y entregada. Un pinchazo, estocada casi entera y vuelta al toro, tras lo que el de Santiago de Mora paseó las dos orejas del cinqueño. Con el que abrió plaza poco pudo hacer pues embestía rebrincado hasta que se paró y ahí se terminó el trasteo, aunque lo intentó hasta el ultimo momento. Lo mató de pinchazo y estocada desprendida y recogió una ovación.

Mario Sotos posiblemente perdió la puerta grande al pinchar a su segundo toro. Con el primero de su lote, los comienzos fueron prometedores, pero duró poco y tras dos series largas y templadas, se descompuso por su falta de fuerzas, lo que en ocasiones puso en apuros a Sotos, que sobreponiéndose a las variables embestidas, llegó con fuerza al tendido y anduvo firme en su trasteo, cortando una oreja tras una estocada trasera y dos descabellos. El quinto tuvo condición similar, se arrancaba dos veces con franqueza y al tercero reponía en la cintura del torero. Valiente y siempre queriendo, perdió un posible trofeo al tener que pinchar tres veces antes de cobrar media estocada, saludando una ovación.

Molina estuvo firme. Molina desparramó firmeza y valor con un toro que no venía metido en la muleta, al que no dudó nunca, soportando parones y miradas, pero que no hicieron perder la compostura al de Albacete, que siempre estuvo en su sitio, mandándole y obligando al de Las Ramblas a pasar por donde el torero quiso, lo que llegó con fuerza al tendido. Una faena de torero de verdad, con un toro que no regaló las embestidas y que además mató de una buena estocada. Buen momento el de Molina al que espera la confirmación de alternativa en Madrid el próximo mes de julio. El sexto fue imposible de verdad, ya que estaba acabado al llegar a la muleta. Lo intentó, se metió entre los pitones provocándole la embestida que apenas repetía en una ocasión y violenta. Le metió la espada y necesitó de dos descabellos, recogiendo una ovación. 

Los tres diestros brindaron un toro a los chavales y chavalas de Asprona, como es tradición.