Este lunes, previo velatorio en el Tanatorio de la localidad de Casas Ibáñez, era enterrado en el cementerio de su localidad natal, Felipe García, el albacetense natural de Fuentealbilla y residente en la localidad valenciana de Catarroja que desapareció, como es conocido, el pasado 29 de octubre cuando bajó a quitar su vehículo de la calle tras ser arrastrado por la riada ocasionada por la DANA.
Después de varios días sin saber nada de él la tarde noche de este jueves el cuerpo si vida de Felipe García fue localizado por un grupo de voluntarios que iban acompañado por un perro a unos dos kilómetros de dónde había desaparecido, o lo que es lo mismo, «en el lugar en el que precisamente tanto mi hermano como yo decíamos que podía estar» comenta la hija de este hombre que, como recuerda el primer edil de Alcalá, no sólo tenía su segunda residencia en esta localidad de la Manchuela, sino que, además, durante años junto a su mujer, natural de la pedanía de Las Eras, regentearon un bar muy concurrido y lo que es más significativo, muy conocido no sólo entre los vecinos sino también entre los no vecinos de este municipio.
Dada esta vinculación no es de extrañar, por un lado, que el primer edil, Juan Pascual, y un grupo de 15 alcalaeños se trasladasen en un momento dado hasta la localidad valenciana de Catarroja para acompañar a la familia en «esos duros momentos» e igualmente ayudarles en la búsqueda de Felipe García.
Y por otro, que el Consistorio de Alcalá con su alcalde a la cabeza, publicase un comunicado en las redes sociales en las que no sólo daba cuenta del estado de indignación y de desesperanza en el que se encontraba su mujer y sus dos hijos, sino también para solicitar la ayuda que necesitaban para poder encontrarlo y para poder ser escuchados frente, comentaba Pascual, al «trato injusto que reciben ellos y todas las familias que se encuentran en la misma situación ante la desaparición de un ser querido, de un ser, además, en el caso de Felipe muy querido en Alcalá».