David Cuenca Gallego y Óscar Valdelvira García son agentes del Cuerpo Nacional de Policía, destinados en la Comisaría de Albacete capital y acaban de recibir la Medalla de Bronce al Mérito de la Protección Civil, con distintivo azul, ya que el pasado verano salvaron la vida de tres personas, en diferentes intervenciones.
Óscar Valdelvira García, es natural de Albacete y juró su cargo como policía nacional en 2007, su primer destino fue en la frontera con Francia, en Portbou (Gerona), donde estuvo un año y cuatro meses. Desde allí, se fue a Valencia con el fin de acercarse a Albacete. Tras 11 años en la Comisaría de Distrito de Tránsitos de Valencia, tras la pandemia, el 21 de julio de 2020 consiguió regresar a Albacete.
Por su parte, David Cuenca Gallego es natural de Ciudad Real y entró en la Policía Nacional en febrero de 2008. Su carrera la desarrolló en Madrid, donde estuvo cerca de 12 años en la Brigada Central de Escoltas. Posteriormente consiguió plaza en Albacete, donde lleva casi cuatro años.
Ambos tienen su destino actualmente en Seguridad Ciudadana y comparten vehículo.
¿Desde cuando son compañeros?
Óscar: Somos compañeros desde hace alrededor de dos años. Yo tuve antes un compañero que cambió de puesto aquí en Albacete y hablamos un día, compaginamos bien y desde entonces vamos siempre juntos.
¿Por qué decidieron hacerse policías?, ¿fue algo vocacional?
David: Fue algo vocacional, además tengo varios familiares, como mi padre, algún tío y algún primo, que también pertenecen al Cuerpo y la verdad es que ser policía siempre me ha gustado y es lo que siempre he querido hacer. Es reconfortante trabajar en algo que te gusta, a veces estoy deseando venir a trabajar. Me gusta mi trabajo.
Óscar: Mi padre es guardia civil, ya se ha jubilado. Yo me he criado en cuarteles, he estado en varios cuarteles de la provincia de Albacete. Mi padre estuvo destinado en el País Vasco y mi madre y yo nos quedamos en el pueblo, porque mis padres son naturales de Riópar, hasta que regresó del Norte y luego hemos estado en varios cuarteles de Albacete. Ya con 12 años vine a Albacete y me gustaba la Guardia Civil, porque me he criado entre ellos. A mi padre le dije que quería ser o guardia civil o policía nacional, porque las dos cosas me gustaban. Mi padre me dijo que probara una y me puse a estudiar, saque la oposición de la policía nacional, intenté también la de Guardia Civil y también la aprobé pero me llamaron antes de la Policía Nacional y como en el día a día tiene más vidilla, con el coche patrulla y eso, me quedé en la Policía Nacional.
Entiendo que cuando uno se mete en la Policía Nacional piensa más en detener a los malos que en salvar vidas como hacen los sanitarios.
Óscar: Yo entré en la Policía para ayudar a la gente, entre esa función está detener a los malos, porque le hacen cosas malas a la gente. Nuestro trabajo no es sólo detener delincuentes, es ayudar a la gente y dentro de esa función entra el salvar vidas. A los dos nos gusta quitar a los malos de la calle, pero lo que hicimos el verano pasado no se nos olvida, recuerdo todo perfectamente.
David: Tanto él como yo estamos muy motivados y la adrenalina se pone a tope cuando ves que una persona tiene su vida en riesgo. Reaccionamos muy rápido e intentamos hacer todo lo posible por ayudar, por salvar una vida o evitar una desgracia. Salvar una vida es parte de nuestra función diaria y es primordial, porque el delincuente si ha robado lo importante es detenerlo, pero lo primero son las personas, el delincuente tarde o temprano va a ser detenido. Habéis recibido la Medalla de Bronce al Mérito de la Protección Civil, con distintivo azul, por tres actuaciones concretas, ¿qué pasó el 4 junio de 2023?
Óscar: Aquel día conducía yo, íbamos por Dionisio Guardiola, a la altura de Correos y la llamada la recibió otro coche, pero David me dijo: «vamos a acercarnos porque en el camino de La Pulgosa la gente va muy apurada, fuerza de más y puede que sea algo serio». Pusimos luces y fuimos para allá. Ese día era la media maratón y estaba Albacete colapsada y tuvimos que meternos por algunas calles en contra dirección que estaban cortadas por la media maratón, quitando vallas. Tardamos cinco o seis minutos. A nuestra llegada a la avenida de la Mancha, la zona a la que íbamos era de difícil acceso y David se apeó del coche para ver cómo estaba el señor y me quedé a esperar la ambulancia. Yo no lo veía, llegó la ambulancia y le dije que la iba a escoltar por un camino de mejor acceso y por el equipo me dice: «Óscar inicio RCP (reanimación cardiopulmonar
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