Miguel Ángel Gallardo regresa a los escenarios albacetenses con La bohemia (Pájaro de la noche) que también dirige. Las representaciones serán hoy y mañana, a las 21 horas, en El 18 de Juanma Cifuentes, de calle Padre Romano 18. El actor y director comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra.
¿Qué es La bohemia?
Pues mira, la bohemia fue un movimiento literario, de finales del XIX y principios del siglo XX, pero yo, de lo que abordo es principios del XX, de los años 20. Todo ese movimiento literario de un sector, que se fueron a Madrid, unos eran genios, bohemios, como Valle-Inclán, y otros eran más pringados, que más que escribir o pintar, se dedicaron a sablear a la gente y pasear, eso será la golfemia. La bohemia fue un movimiento literario tan importante y en connotaciones parecidas a lo que fue la movida madrileña.
¿Cómo lleva ese movimiento a un espectáculo?
El tema es que yo lo que hago es adaptar muchas de mis lecturas o las impresiones de los cuadros que veo de esa época y voy confeccionando un guión que dramatizo. La verdad es que tengo experiencia en dramatizar textos literarios y la adquirí en Albacete, cuando regresé.
¿A quién lee de ese movimiento literario?
A Carrère, Rafael Cansinos Assens, Valle-Inclán, Alejandro Sawa, José María Rodríguez Méndez, director de teatro y escritor, o a Juan Manuel de Prada. A esos bohemios que se ahogaron en el arroyo del fracaso, sin manchar de tinta ni una sola página. Se pasearon del brazo de la señorita bohemia por los cafés, cenáculos y tabernas, pero sableando a la gente. Qué es lo que pasa, queda para la historia la bohemia y la golfemia, que estaban ahí, pero la bohemia es una forma literaria y la golfemia, la flor canalla de la degeneración artística. Todo eso lo meto en un guión.
¿También habla de las mujeres bohemias?
Claro, también habló de las mujeres bohemias. En el espectáculo, en lo que yo cuento, hablo de ese silencio que ha habido en la literatura española. Conocidas son, por ejemplo, Las Sinsombrero, La Bella Monterde, que era cupletista, Carmen de Burgos, periodista, Raquel Meller, cantante, una serie de mujeres que estuvieron obviadas y ocultas, de las que no se ha dicho nada, pero hubo muchas más que quedaron en el anonimato. Le hago un homenaje a Dolores Guzmán, que fue una de esas jóvenes de los años 20.
¿Cuándo preparó este nuevo espectáculo?
El espectáculo se me ocurrió durante la pandemia. Cien años después de los años 20, como un homenaje.
¿Qué plantea en esta pieza teatral?
Planteo, para que sea teatro atrayente, un espectáculo de puro teatro, que está lleno de humor, porque los golfemios son personajes trágicamente graciosos. En este espectáculo se cuida mucho lo literario, lo poético, el ambiente, por lo que no van a faltar la proyecciones de la época, la música, para dar forma, para mí, en ese homenaje a la bohemia. Luego, me encuentro con un local fantástico y me invita Juanma Cifuentes a hacer este montaje, porque él es amante del teatro de texto, entonces, creo que el espectáculo, en un escenario como este, está clavado.
¿Por qué Los pájaros de la noche?
Los pájaros de la noche hace referencia a los bohemios que, ateridos de frío, bajaban de las buhardillas en busca del azul nocturno de Madrid. Yo la obra la he ubicado en España, pero sobre todo en la zona de Madrid. Volaban de un sitio a otro, durante la noche, pero muchas también eran gente que escribía.
¿Estrena el espectáculo?
Sí, es estreno en Albacete. El espectáculo lo preestrené en la Casa de Castilla-La Mancha en Madrid. En febrero, lo llevé al Festival de Teatro de Jimena de la Frontera, en Cádiz, pero sí que es la primera vez que lo hago en Albacete.
¿Cómo funciona?
El público que lo ha visto me ha dicho que es muy interesante. No creo que me mientan y las críticas han sido muy buenas. Me parece que es un espectáculo que, de alguna manera, también informa sobre el movimiento y es muy divertido, lleno de humor, pero sobre todo, hay teatro.