Tres meses después del paso de la dana por la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía, la provincia de Valencia continúa recuperándose del fuerte temporal de lluvia y las desastrosas riadas que dejaron un total de 232 víctimas mortales. Tras 90 días de trabajos, aún hay tres personas desaparecidas y las consecuencias de la mayor catástrofe natural sufrida en los últimos siglos se ven a simple vista aún en las calles, viviendas e infraestructuras de los municipios más afectados. La batalla política y la falta de coordinación de los gobiernos está impidiendo que la reconstrucción sea todo lo rápido, ágil y eficaz que debería para que todos los vecinos recuperen su vida lo más pronto posible.
Tras el lamentable espectáculo ofrecido en los primeros días y semanas entre los representantes del Gobierno español y los dirigentes de la Comunidad Valenciana, su falta de empatía con los ciudadanos afectados y la bronca política en caliente, todo hacía prever que llegaría el momento de ponerse a trabajar en serio, con discreción y sin apreturas presupuestarias para ayudar a todas las personas que lo perdieron todo durante aquella fatídica tarde. Sin embargo, nada de lo previsto se ha hecho realidad y todo avanza mucho más lento de lo esperado, a pesar de los miles de voluntarios que se lanzaron a limpiar la zona las primeras semanas, la presencia de miles de profesionales del Ejército y la UME, así como la labor de las organizaciones no gubernamentales y las donaciones procedentes de toda España. Los datos son elocuentes: 3.000 estudiantes aún no han podido volver a clase, 28 localidades continúan en nivel de emergencia 2 porque se sigue extrayendo lodo de los garajes y sótanos, la gran mayoría de las ayudas siguen tramitándose…
El duelo colectivo por las 224 víctimas mortales, el miedo y el abandono sentido sigue presente entre los valencianos -principalmente, aunque hubo otros municipios castellanomanchegos afectados-. Y este temor se hace extensible a todos los españoles al observar durante estos meses que nada se ha hecho para mejorar la respuesta, tardía y completamente ineficaz, de las administraciones el día de la dana. En aquellas primeras semanas se habló de la necesidad de establecer mecanismos más eficaces que el Cecopi (centro de coordinación operativo integrado) y de engrasar unas herramientas de colaboración interadministrativas que agilizaran la toma de decisiones y una respuesta rápida. Asimismo, se vieron las necesidades de realizar inversiones en infraestructuras medioambientales, limpieza y mejora de cauces, así como otras soluciones para evitar avenidas tan devastadoras como la de hace noventa días.
De todo aquello nada se sabe hasta el momento. Ni el Gobierno de Sánchez, enredado con las negociaciones bilaterales con separatistas, ni la Generalitat valenciana han aprobado medidas que eviten tanto daño si vuelve a suceder algo así. No obstante, lo más urgente es la reconstrucción y a ella ya llegamos tarde, así que no cabe perder ni un segundo más.