Las autoridades ucranianas han advertido de que Rusia podría utilizar armas químicas en el país, "como ya lo hicieron en la guerra de Siria", y han dicho que "deben estar preparados", por lo que las instituciones médicas están recibiendo capacitación para poder lidiar con este posible escenario.
"A pesar de la prohibición del uso de armas químicas por parte de todas las instituciones internacionales, las usaron en Siria (los rusos). Tenemos una clara conciencia de que pueden hacerlo en nuestro país. Debemos estar preparados para esto", ha dicho el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano, Oleksei Danilov.
En este sentido, ha resaltado que "la difusión de falsificaciones, incluido el presunto uso de armas químicas o biológicas por parte de Ucrania, es una de las cosas favoritas de los rusos", según recoge la agencia de noticias Ukrinform.
Por otro lado, ha vaticinado que, "cuando Rusia se derrumbe", que "lo hará", Moscú perderá "los territorios que considera suyos", como las cuatro islas de Kuriles, un archipiélago entre Japón y la península rusa de Kamchatka en disputa por ambas naciones desde mediados del siglo pasado.
"Como resultado de esta guerra, cuando Rusia se derrumbe, que lo hará, Japón obtendrá sus cuatro islas de Kuriles, que se llevaron después de la Segunda Guerra Mundial. Si Polonia quiere apoderarse de Kaliningrado, podrá hacerlo como resultado de esta guerra", ha subrayado Danilov, según recoge Canal 24.
El secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ha agregado que si Rusia supiera lo que es un referéndum honesto, República Chechena de Ichkeria, Tartaristán y la región siberiana de Yakutia habrían sido independientes durante mucho tiempo.
Si bien Moscú tiene dominio sobre la totalidad de las islas Kuriles, Tokio reclama la soberanía sobre cuatro de ellas, las más meridionales y próximas a su territorio, a las que denomina Territorios del Norte. El conflicto se remonta a 1952, cuando, tras la Segunda Guerra Mundial, Moscú se anexionó la totalidad de los islotes.
Con respecto a Kaliningrado, es un territorio de 225 kilómetros cuadrados ubicado entre Lituania y Polonia que Rusia arrebató a este último país tras la Segunda Guerra Mundial. Está totalmente aislado de Rusia, lo que ha obligado a Moscú a llegar a acuerdos con Bruselas para facilitar el tránsito de personas y mercancías.
Danilov también ha cargado contra la posición mantenida por Georgia porque parece que no apoya "la integridad territorial" de Ucrania. En este sentido, ha recordado que Rusia cometió crímenes en ese país, aí como en Moldavia. Georgia ha informado esta misma semana de que se sumará a todas las sanciones impuestas por Occidente ante el cese del embajador en Ucrania.
En esa misma comparecencia, Danilov ha alertado de que, pese a la retirada de tropas rusas de Kiev y Chernígov, Moscú planea una nueva ofensiva a través de la cual conquistar Ucrania antes del 9 de mayo, Día de la Victoria en Rusia.
Rusia, junto con Bielorrusia y otras antiguas repúblicas soviéticas, conmemora en este día la rendición de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial en 1945. Desde entonces y hasta la disolución de la Unión Soviética, la plaza Roja de Moscú fue escenario de un gran desfile militar que, más tarde, en 1995, se retomó.
Para Moscú el 9 de mayo es "un día sagrado", por lo que el Gobierno de Ucrania teme que el presidente ruso, Vladimir Putin, esté planeado una ofensiva total para esta fecha, según ha dicho el secretario del Consejo Nacional de Seguridad y Defensa ucraniano.
"Putin se ha propuesto poner fin a esta guerra con un desfile de la victoria. Tenemos que entender que todavía tenemos muchos combates por delante, tenemos que defender nuestro país y no le aconsejo a nadie que se relaje", ha subrayado Danilov.