El salón de actos de la Diputación Provincial acogió una nueva conferencia del ciclo organizado por Aluex. Leonor Carrilero Botella, arquitecta, habló sobre Julio Carrilero Prat, Manuel Carrilero de la Torre, la arquitectura del siglo XX.
Una familia protagonista y referencia en la arquitectura del siglo XX y el XXI.
Sí, la verdad es que con la obra de mi abuelo, Julio Carrilero Prat y Manuel Carrilero de la Torre, abarcan casi todo el siglo XX y mi padre, parte del XXI y luego hay generaciones posteriores, la de mi hermano y la mía, con mis primos, cinco arquitectos y sobrinos. Una familia en la que nos han inculcado el gusto por la arquitectura y el arte.
¿Cómo es la obra de Julio Carrilero y Manuel Carrilero?, salvando la distancia generacional, ¿hay puntos en común en ambas?
Las obras son diferentes, claro, porque Julio Carrilero Prat tiene a Manuel Carrilero de la Torre con 47 años. Cuando Manuel Carrilero empieza su carrera ya lleva 50 años Julio Carrilero desarrollando la suya, entonces es una diferencia generacional muy grande pero, realmente, si te fijas, los dos, Julio y Manuel Carrilero, tienen una formación muy clásica y la composición de sus edificios es básicamente clásica. En los dos ves un tratamiento muy cuidado de cómo llegan los edificios al terreno y cómo terminan los edificios en contacto con el aire, que, diría, es la base de la arquitectura.
¿Tenían alguna preferencia en cuanto a edificios?
La verdad es que los dos tuvieron muchísima suerte, porque abarcaron todos los campos. Hicieron edificios administrativos, de viviendas unifamiliares, comunitarias, colegios, mercados. Manuel Carrilero hizo un pabellón en la Expo 92, el parque empresarial de San Fernando, el primero inteligente de España. A los dos les gustaba hacer arquitectura en todos los campos. La arquitectura, al final es arte, lo que hace es configurar la forma de vivir.
¿Qué edificios singulares podemos apreciar en Albacete?
Por ejemplo, el antiguo Hotel Regina de Julio Carrilero es francamente maravilloso y de Manuel Carrilero, el edificio de la Caja Rural, que es francamente rotundo, potente, con una imagen realmente bonita.
Además, ambos estaban íntimamente vinculados a la vida artística.
Los dos eran grandes dibujantes, grandes pintores, esculpían y tenían una gran sensibilidad hacia la música. Julio y Manuel Carrilero, los dos, eran grandes artistas, como hombres del Renacimiento, cada uno en una época, es la realidad. Diseñaban todos los detalles de sus obras.
Nos habló de esos edificios singulares en Albacete. ¿Qué obras destacaría, a nivel general, nacional?
Ambos trabajaron en toda España. A mi padre, le hizo especial ilusión ganar el concurso nacional para hacer un pabellón en la Expo 92, un reconocimiento internacional. Le tenía también mucho cariño a la obra Caja Rural. Mi abuelo Julio tiene unos edificios soberbios en Madrid. Por ejemplo, uno en la calle Luchana con Juan de Austria que es realmente una preciosidad, tiene protección integral. Aquí, en Albacete, he hablado del Hotel Regina, pero no solamente ese, porque también el Chalet de Fontecha es una maravilla.
Hablaba de su estrecha relación con el resto de las artes, con la pintura, la escultura o la música.
Por supuesto, es muy importante. Manuel Carrilero ganó muchísimos concursos de dibujo cuando hacía la carrera y en un periódico de Albacete lo calificaron como la promesa de la pintura en Albacete, lo que pasa es que él no se dedicó a la pintura, aunque podía haber hecho exposiciones, porque pintaba muchísimo; también Julio Carrilero es un fenómeno con la pintura, con el dibujo. Mi padre tenía una reunión de obra y se ponía a hacer retratos a todos los de la reunión. Ambos tenían una frescura y un nivel de dibujo grande.