Santiago Díaz presenta hoy en Popular Libros de calle Octavio Cuartero número 17, a partir de las 19 horas, su última novela, Los nueve reinos. El autor comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta obra, sobre un episodio desconocido de la historia de España.

¿Es más complicado hacer un guión o una novela?

Son dos maneras diferentes de trabajar. En un guión, normalmente, trabajas con un equipo y en una novela estás tú solo, para lo bueno y para lo malo. Para lo bueno,  porque puedes escribir la historia a tu manera, con libertad para contar lo que tú quieres,  y lo malo es que muchas veces tienes que tomar las decisiones solo, sin consensuar   ese tipo de ayuda, aunque después entran los editores. Para mí es más difícil hacer una novela, pero también más satisfactorio. 

Comenzó con Talión, novela negra. 

Exacto, primero fue Talión, después la trilogía de Indira Ramos, El buen padre, Las otras niñas e Indira, entremedias hice una juvenil y ahora Los nueve reinos, que es novela histórica.  

¿Cansado de la novela negra, del thriller?

No es por cansancio, porque la siguiente será novela negra. La historia de los guanches que es una aventura tremenda. La encontré de forma casual y me pareció tan divertida de contar, tan poco conocida y, cuanto más indagaba, más me sorprendía  lo atractiva que resultaba, que decidí proponer a la editorial hacer esta novela histórica, quedaron tan enamorados como yo, así que la hice, pero no estoy cansado porque la novela negra, el thriller, me encanta.  

Comienza con una batalla en África y un barco de esclavos de Roma?

Así es, los guanches no sé sabe cómo llegaron a Tenerife, hay diversas teorías y una de ellas puede ser esta, que es de cosecha propia, porque hay quien dice que llegaron como esclavos, otros que huían de guerras o que los dejaron allí. Yo, la que he ficcionado, es que se amotinan prisioneros de guerra romanos en un barco y las corrientes los arrastran hasta Tenerife. Es una posibilidad como otra cualquiera, porque la verdad nadie la sabe. 

¿Nos novela en Los nueve reinos la conquista de estas islas, vista por los personajes?

Empiezo contando en la novela esa llegada y, a partir de ahí, en la vida real y así lo cuento, quedaron 15 siglos  aislados. Durante esos 15 siglos crearon su religión, su cultura, su civilización y, de repente, poco después de 1400, empiezan a llegar visitantes genoveses, castellanos y portugueses a sus costas y se los empiezan a llevar como esclavos y a conquistar las islas, no sólo Tenerife, que fue la última. Los guanches, que estaban divididos en nueve reinos, en Tenerife, tienen que dejar a un lado sus diferencias para unirse contra un enemigo común. Efectivamente, en Los nueve reinos, entre otras cosas, cuento la conquista castellana desde el punto de vista de los castellano y de los guanches.  

¿Hubo exterminio?

Guanches sigue habiendo, hay raíces guanches, mezcladas, pero siguen. Es cierto de la Corona de Castilla, en los siglos XV y XVI, fue implacable. Las islas Canarias, aparte de esclavos y madera, que era lo que buscaban, también era un punto estratégico entre España y América.  

De paso, a través de esos personajes, cuenta una historia muy desconocida. 

La base es verdad, todo lo que ocurrió, lo que pasa es que lo ficciono para contarlo en una novela, porque, como ejemplo, no sé como fue la historia de amor de  Bencomo, líder de los guanches, con su mujer. Es un relato de ficción con unos mimbres absolutamente reales.  

¿Una primera aproximación a la historia de este pueblo?

A mí me encantaría, porque es una historia muy desconocida, no por ser una historia pequeña, lo que ocurrió justo en esos años es que pasaron dos de los acontecimientos más grandes de la historia de la Humanidad, la reconquista de Granada y el descubrimiento de América, por eso esta historia ha quedado un poco olvidada, pero realmente va a sorprender. 

Adelantó que la próxima novela será negra. 

Estoy trabajando desde hace meses, porque esto es un proceso lento, en mi siguiente novela, en la que regreso al thriller, que es un policía gitano, que aparece por primera vez en Indira.