El Albacete arrancó mal, pero luego fue un ciclón

Juan Carrizo
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3
Albacete Balompié
3
Sporting Gijón
Finalizado
El Sporting se puso pronto con 0-2 y luego sufrió el acoso del equipo manchego en la segunda mitad

Agus Medina remata de cabeza en un ataque del Albacete durante la primera parte. - Foto: Rubén Serrallé

El Albacete salvó un punto en un partido con dos caras muy diferentes. Arrancó el partido con un mantazo antológico, pero fue un ciclón en la segunda mitad, donde incluso pudo sobreponerse al mazazo que pudo suponer el 2-3 en el minuto 86. 

En la vuelta de Rubén Albés al Carlos Belmonte, técnico y grada se aplaudieron en los prolegómenos. Dubasin se quedó en el banquillo y Olaetxea salió como titular, para hacer el trabajo que bien hacía en el Albacete, ocupando el centro de la defensa cuando el balón estaba en posesión del Alba para formar una línea de cinco de difícil penetración.

Alberto González volvió a realizar bastantes cambios, normal no solo por el desgaste. Álvaro Rodríguez regresó a la banda derecha y Alcedo fue titular en la izquierda. Lalo tuvo descanso y entró Ros junto a Jon García. En el centro del campo, tras dos partidos consecutivos, Riki le dejó su sitio a Rai Marchán y volvió Ale Meléndez. Por las bandas, a pie cambiado, jugaron Morcillo y Juanma mientras que arriba acompañó a Quiles el polivalente Agus Medina.

El partido no pudo empezar peor. El Alba entró en el mismo con una empanada brutal. El Sporting cogió el balón y aprovechó el mantazo para, a los seis minutos, hacer el 0-1 por medio de Campuzano, tras un centro desde la derecha fácil y la pasividad de la defensa, que vio como el delantero del Sporting paraba la pelota, se la colocaba y disparaba sin oposición alguna. No habían pasado ni tres minutos cuando una falta en la frontal significó el 0-2. Desde el banquillo se le decía a Lizoain por donde iba a ir la pelota, que pegada al palo se coló ante la desesperación del guardameta, con un gesto de lo sabía. A las primeras de cambio el partido estaba totalmente en manos del Sporting. La afición manchega estaba recibiendo dos chaparrones, el que llegaba desde el cielo y el que se producía sobre el césped.

Después de los goles la situación no cambió. El Alba presionaba tímidamente y el Sporting tocaba sin prisas, con el marcador a favor y un rival con el que parecía que no iba la cosa. Por momentos parecía que el encuentro acababa de comenzar y, con el 0-0, el equipo manchego trataba de madurar el partido, cuando la realidad era bien distinta.

En el minuto 15 Maras tenía una clarísima ocasión, en la que hasta el balón pareció cruzar la línea antes de Lizoain lo cogiese, aunque la jugada fue anulada por un fuera de juego no tan claro  como había visto el asistente. La grada estaba callada, no daba crédito al baile que estaba viendo sobre el Carlos Belmonte.

Empezó a carburar el Albacete cuando la pelota pudo llegar a los pies de Ale Meléndez. Alos 20 minutos un centro era cabeceado por Juanma con Yáñez descolocado, pero un defensa la sacaba bajo palos.

El susto sentó mal al Sporting, que dejó de dominar con tanta claridad y la posesión empezó a igualarse. Otro centro de Morcillo era cabeceado por Quiles y Yáñez tenía que intervenir.

El Sporting ya no estiraba tanto, pero cuando lo hacía llegaba con mucha claridad al áreas del Albacete. Así, Olaetxea probaba fortuna desde la media luna y tenía que intervenir Lizoain. Poco después era Gelabert, en una contra, el que se metía hasta la cocina y disparaba fuera.

El acercamiento del Albacete al área del Sporting tuvo su premio. Los balones colgados al área estaban generando muchos problemas a la defensa astur y así, tras un rechace, Alcedo ponía un balón al contrapié para la defensa y aparecía Quiles para jugarse la cabeza ante la salida del portero y recortar distancias antes del descanso. El VARrevisó por si Quiles estaba en posición correcta y, como así fue, el tanto subió al marcador y despertó los ánimos de la mojada grada.

En contra de lo habitual, hacer una buena primera y luego desaparecer en la segunda, el Albacete salió totalmente enchufado tras el descanso. Parecían dos equipos completamente distintos, apabullando al Sporting y generando buenas ocasiones sobre la portería de Yáñez, algunas muy claras.

De todas formas, en el minuto 49 fue el Sporting el que pudo marcar en otro error de la zaga y salvó Lizoain con su salida en el mano a mano con Campuzano.

Apartir de ahí empezaron a verse los mejores minutos del Albacete, principalmente una jugada personal de Juan María Alcedo que fue dejando rivales hasta plantarse en el área y lanzar un duro disparo que Yáñez consiguió desviar a saque de esquina. Albés vio claro que había que mover el árbol y rápidamente introdujo tres cambios, con la entrada en el campo de Guille Rosas, Rober Pier y Dubasin. 

No le dio tiempo al Sporting a que los nuevos jugadores se asentaran porque en el minuto 61 Morcillo puso un centro cerrado envenenado y Quiles estaba allí para meter el pie y anotar el que podía ser su segundo gol de la tarde y empatar el partido, un resultado impensable viendo los primeros 15 minutos que había ofrecido el Alba.

Pero el tanto no subió al marcador.  La jugada estuvo varios minutos revisada por el VAR. Tanta deliberación provocó que la grada gritara ¡¡fuera, fuera!! y cuatro minutos después el árbiro decía que el tanto era anulado por fuera de juego.

Pero el Alba siguió apretando y llegando con mucho peligro al área visitante. El Sporting al completo tenía que defender en su área ante las acometidas de un motivado e insistente equipo manchego. El equipo gijonés parecía más preocupado de aguantar ahora el chaparrón doble, que de tratar de matar el partido con otro gol. El Albacete se había convertido en el dueño y señor de la pelota.

En una jugada de tiralíneas al recién entrado Riki lograba marcar. El asistente levantó la bandera, otra vez a revisar el VAR, pero en esta hubo final feliz y el colegiado señaló que la jugada había sido válida y el 2-2 subía al marcador en el minuto 78.

El Alba rozó la victoria. Ale Meléndez estuvo a punto de anotar en el 82 y Morcillo tuvo los tres puntos en sus botas, pero se confió y su remate lo paró Yáñez.

En medio de esa borrachera de ocasiones llegó una contra del Sporting, Queipo llegó hasta la línea de fondo y centro para que Jon García, por quitársela a Caicedo, hiciera el 2-3 en propia puerta. Ya lo decía Alberto González, encajando tres por partido, poco puedes hacer. Pero como el partido era una locura, en el tiempo añadido Fidel hacía el 3-3, salvando un punto en un partido otra vez de dos caras para el Albacete.