De condenado a juez

C. Guzmán
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El Albacete decidirá buena parte de la suerte del Mirandés y Zaragoza en los dos últimos partidos de liga después de un espectacular esprint final que le salvó del descenso

Riki Rodríguez intenta zafarse de un contrario durante un encuentro. - Foto: Víctor Fernández

El punto que el Albacete obtuvo en Villarreal fue suficiente para que el equipo blanco consiguiera la permanencia matemática en Segunda División después de una temporada irregular que bien pudo haber acabado con sus huesos fuera del fútbol profesional. 

El esprint final del conjunto a Alberto González es casi inmejorable, hasta el punto de que ha logrado salvarse de la quema con dos jornadas de antelación cuando todo apuntaba a que, en el mejor de los casos, se lo iba a jugar todo en el último partido.

Los 49 puntos que ya suma el Albacete le permite tomarse con mucha calma las dos últimas jornadas, que se dedicarán en gran parte a homenajear a futbolistas como Manu Fuster, que apuntan a un cambio de aires, e incluso a reconocer el gran papel desarrollado por los aficionados, cuyo empuje ha sido tan relevante como el propio desempeño de los jugadores.

En cualquier caso, en estas jornadas finales el rol del Albacete mutará considerablemente y le convertirá en juez de la competición cuando hace nada su papel era el de condenado.

El próximo domingo (18.30 horas), el conjunto manchego recibirá en el Carlos Belmonte al CDMirandés, compromiso de trámite para los locales pero de una importancia capital para los burgaleses, que se encuentran con el agua al cuello. 

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