Es la persona más longeva de España y asegura que nunca ha enfermado. Angelina Torres ostenta este título desde el pasado mes de noviembre y no le tiembla la voz al proclamar que sigue gozando de buena salud. Esta superabuela vive actualmente con su hija en un piso del Eixample de Barcelona, muy cerca de la Sagrada Familia, templo que vio nacer y al que se siente especialmente vinculada.
«Gracias a Dios, nunca he estado enferma. Los médicos no han tenido que trabajar mucho conmigo. He tenido pequeñitas cosas, como resfriados fuertes que curaba con una aspirina, pero nunca vienen médicos a mi casa», afirma orgullosa. Ante estas palabras surge una pregunta obligada:¿cuál es su secreto?. Angelina Torres no atribuye su longevidad a «ningún secreto», pero confiesa que desayuna «un vaso de agua con unas gotitas de limón y una cucharadita de azúcar», una receta a la que añade unas dosis de bondad, «ser amiga de todos», y disfrutar de largos paseos.
Nació el 18 de marzo de 1913 en el pueblo de Bellvís (Lleida), siendo la quinta de siete hermanos. Su padre falleció cuando ella tenía solo tres años, y entonces su familia se trasladó a Barcelona en busca de una vida mejor. Cuando la edad se lo permitió, se adentró en el oficio de corbatera para la empresa 'Vinilos y Vidal', donde ganaba seis pesetas por cada 12 corbatas que confeccionaba, y más tarde fue aprendiz en una tienda de modistas, antes del estallido de la guerra civil.
«Sufrí mucho durante la guerra. Cogía la maleta e iba a la estación de Francia para dirigirme a los pueblos. Allí comían, en Barcelona, nada. Iba al pueblo, me llenaba la maleta de comida y volvía», recuerda emocionada Angelina.
Cuando acabó la contienda, ella tenía 26 años y contrajo matrimonio con Josep Martí, con quien tuvo una hija, Mercè, con la que vive a día de hoy. Con los años llegaron sus dos nietos, Gemma y Xavi, y sus bisnietos: Pol, Marc y Mar Joana.
«He tenido la suerte de conocer a tres bisnietos, ¡qué guapos son!», afirma la superabuela. Sus familiares aseguran que su longevidad no es del todo casual, y es que su madre falleció justo un mes antes de cumplir los 100 años, y su hermana mayor murió a la edad de 93.
Con el deceso de la también catalana María Branyas en agosto a los 117 años, Torres se hizo con este título, y tras el fallecimiento de la aragonesa Piedad Loriente, quien murió en noviembre a sus 113 años, también con el de la persona más longeva de España.
Su mejor recuerdo
Dada su avanzada edad, las anécdotas de Angelina constituyen un auténtico viaje al pasado de la ciudad condal. Entre su mar de recuerdos hay alguno que destaca, y siempre le gusta rememorar uno de sus favoritos y es que ha sido testigo del proceso de construcción de la Sagrada Familia desde sus inicios.
"Yo vi nacer a la Sagrada Familia y la he visto crecer piedrita a piedrita. Me dijeron que construirían un templo que sería el orgullo de Cataluña y efectivamente así ha sido: ha quedado preciosa", narra con una ilusión desbordada.
La casualidad le ha llevado a vivir a escasos metros de este majestuoso templo que tantos recuerdos le evoca y que espera poder contemplar una vez esté acabado.
Su próxima visita a la Sagrada Familia, quién sabe, podría estar cerca, por ejemplo, en su próximo cumpleaños, dentro de dos meses.
Por el momento, Angelina piensa en poder soplar las 112 velas que decorarán su tarta y pedir un nuevo deseo. Espera celebrar este día con los suyos. «Siempre he tenido muchos amigos y me han querido mucho. Me he reído mucho con la gente y he disfrutado mucho de mi familia. Si tengo salud, me encantaría juntar a la familia», concluye.