La época de riesgo alto de nevadas y heladas en Castilla-La Mancha es la comprendida entre el 1 de diciembre y el 31 de marzo, mientras que noviembre y abril se consideran de peligro medio, por lo que ya estamos inmersos en este segundo período, por lo que la prevención es el primer elemento a tener en cuenta. En este sentido, la Consejería de Fomento acaba de publicar el Protocolo de Vialidad Invernal relativo a las carreteras que son competencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, con el objetivo de establecer la coordinación y el procedimiento a seguir para la movilización de los recursos humanos y materiales de la manera más eficaz para la ejecución de los trabajos ante la llegada de nevadas o heladas.
Por lo que respecta a la provincia de Albacete, como en la edición anterior, se contará con nueve brigadas propias y una externa, hasta completar la decena, que se encargarán de la conservación de más de 1.600 kilómetros. En cuanto a medios, se contará con 81 efectivos, entre personal propio y el contratado de apoyo, con 12 camiones quitanieves, dos camiones con esparcidor o cuña, tres motoniveladores, una docena de otro tipo de maquinaria para vialidad y 2.285 toneladas de fundentes, repartidas de forma estratégica, sobre todo, en las zonas de mayor riesgo de nevadas, que en la provincia albacetense son las dos sierras.
Una distribución acorde a su extensión y orografía se realiza también en el resto de provincias de la región, por lo que este protocolo realiza por la Consejería de Fomento ya supone la parte preventiva ante la llegada de los meses con más probabilidades de nevadas y heladas. Ahora es preciso que esta labor preventiva venga acompañada, cuando se produzcan las citadas inclemencias meteorológicas de una buena actuación, momento en el que es preciso que la coordinación entre las distintas administraciones sea la mejor para una actuación lo más rápida y eficiente posible, evitando así episodios vividos en el pasado, sin ir más lejos a principios del año 2021, cuando Filomena fue capaz de bloquear casi todos el país.
Más cercano está lo sucedido con la DANA de finales de octubre, causante de la pérdida de más de dos centenares de vidas, sobre todo en la Comunidad Valenciana, y de cuantiosos destrozos materiales que debieron ser menores si se hubiesen realizado los pertinentes trabajos preventivos y si la posterior actuación hubiese sido más diligente por parte de todos los implicados.
La prevención, como es el caso del Protocolo de Vialidad Invernal, debe estar acompañada después de una buena coordinación entre todas las administraciones implicadas, sean del signo político que sean, y de una buena actuación en la que el ciudadano sea siempre lo más importante.