Editorial

Pedro Sánchez deja el futuro de España en manos de un prófugo

-

Que el futuro político de España esté en manos de Carles Puigdemont es una broma pesada que el destino le está gastando a los españoles. Un señor que es prófugo de la justicia, que huyó del país en el maletero de un coche para que no lo detuvieran y que lleva seis años regateando hábilmente al sistema jurídico español y europeo, se ha convertido, por obra y gracia de Pedro Sánchez, en un elemento básico para decidir qué va a ser de este país en los próximos cuatro años.

Si el pacto con Esquerra Republicana de Cataluña nos ha mostrado al Pedro Sánchez más débil, la posición de Junts dilatando su respuesta y queriendo llevar un paso más allá las concesiones que debe hacer el presidente del Gobierno en funciones para no soltar el sillón, deja al aire el poco decoro que tiene el líder socialista con tal de seguir en la Moncloa.

Que España no supo gestionar en su momento el problema de Cataluña está claro, pero Sánchez, lejos de darle una solución dentro de la Constitución, se está saltando la Carta Magna de una manera que al más pintado le haría ponerse colorado.

Puigdemont, que ha pasado de ser un prófugo a poco más o menos el protagonista principal de la película, sabe que sus siete votos valen más que nunca, sobre todo después de que el pacto entre PSOEy ERC está firmado y sellado. Junts no puede perder la carrera por la independencia catalana ante el partido de Junqueras y para ello sabe que tiene que doblar su apuesta. Las peticiones de Puigdemont van a ir más allá, va retorcer al máximo el brazo de un Sánchez que, si quiere evitar otras elecciones, tendrá que ceder ante lo que hace pocos meses negó, como San Pedro, en varias ocasiones.

Y si con la condonación de la deuda pactada con ERCnos parece que Sánchez se ha cargado la igualdad de todos los españoles, en cuanto conozcamos las verdaderas peticiones de Puigdemont, igual tenemos que empezar a clasificar a los ciudadanos por categorías y teniendo en cuenta que ya de por sí Castilla-La Mancha no está a la cabeza del ránking nacional, los manchegos pasaremos a ser de tercera división ante la pasividad de los socialistas, que están presenciando la inmolación de su partido gracias a la gasolina y la cerilla que ha puesto Pedro Sánchez.

Acusaba el ahora candidato a Feijóo de hacer perder el tiempo a los españoles al empeñarse en una investidura que se sabía fallida, pero lo que está sucediendo ahora es que, con el doble de tiempo transcurrido, PedroSánchez no solo no tiene cerrada esa investidura, sino que, de seguir así, puede ser que se vea obligado a renunciar a ella y que tengamos que volver a las urnas. ¿Se lo imaginan?