Castilla-La Mancha logró ingresar de las exportaciones en el año 2024 un total de 10.692 millones de euros. De esos, casi 348 millones se lograron con la venta de mercancías a Estados Unidos. Los productos químicos, los componentes y accesorios de automoción, los componentes electrónicos, el vino, el aceite, incluso el queso manchego, son algunos de los artículos más demandados desde Norteamérica.
La imposición de aranceles de un 20% puede afectar en gran medida y eso es algo sobre lo que hablaba el consejero de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, Julián Martínez Lizán, pues el sector agroalimentario es uno de los que puede salir más afectado.
Sobre el impacto de estos nuevos aranceles anunciados por el Gobierno estadounidense, Lizán aseguraba que suponen «un caos total y absoluto» para todo el mundo y que el propio sector agropecuario de EEUU «está ya poniendo de manifiesto su disconformidad».
En opinión del consejero la guerra comercial «afecta sobre todo a las familias más vulnerables y humildes», además de que la inseguridad económica está repercutiendo a nivel mundial por las caídas de las bolsas.
«Nuestra relación comercial actual con Estados Unidos desde la producción agroalimentaria es que vendemos productos por valor de 130 millones de euros y compramos unos 70 millones», ofreciendo un balance positivo de 60 millones en la actualidad, detallaba Lizán, quien ha calculado que el impacto de los aranceles afectará a toda la región de distintas formas, con zonas vinícolas como Valdepeñas y las áreas productoras de queso y vino.
No obstante, el consejero de Agricultura destacaba que la región «ha mostrado una capacidad de recuperación y crecimiento» en crisis anteriores como «la pandemia, la guerra de Ucrania» o las sanciones económicas que aplicó previamente el presidente Donald Trump en su anterior mandato.
Lizán comentaba que están expectantes de las medidas de respuesta de la Unión Europea y ha manifestado el apoyo de Castilla-La Mancha por el acuerdo que se realizó en el Comité Europeo de las Regiones.
El consejero aboga por «la negociación y el diálogo» y dejar «las presiones y demostraciones de fuerza en un segundo plano», apostando por fortalecer los lazos económicos con Mercosur y los principales aliados comerciales de la región, Portugal, Francia, Alemania, Reino Unido o Italia, para paliar los efectos de los aranceles.