Música y poesía. Dos artes tantas veces muy unidas porque se complementan a la perfección. Con un denominador común, el de la voz: bien para recitar o bien para cantar. Sobre todo si a los versos de grandísimos escritores se suman las magníficas cuerdas vocales de una gran soprano, como es Elisa Belmonte. La paisana, dentro de sus múltiples actividades que se unen a las profesionales como soprano y como docente, también forma parte de otros muchos eventos relacionados con la cultura. Cual aconteció recientemente con su participación en una nueva cita en las afamadas tertulias literarias que dirige uno de los más polifacéticos intelectuales de nuestro país: el poeta, ensayista, periodista y profesor Alfredo Gómez Gil, cuyas obras siempre han contado con una gran aceptación fuera de España, como demuestra que hayan sido traducidas a muchos idiomas, incluido el ruso y el chino. La albacetense también ha tenido relevancia y/o ha protagonizado otros diversos actos en Madrid.

Para redondear el atractivo de este repaso poético español, el mismo se celebró en el bellísimo marco más que centenario del Real Casino de Madrid, sito en la calle de Alcalá, junto a la Puerta del Sol, y que es uno de los edificios más elegantes y artísticos en su decoración. «Fue un acto cultural con mayúsculas en un entorno inigualable», cual comenta Elisa con satisfacción.  La soprano, acompañada por la gran pianista Laurence Vera, llevó a cabo un amplio recorrido en el que no podía faltar el toque manchego como el Romance de la Venta del Quijote, al que añadir otros representativos nombres de diversas épocas hasta llegar a García Lorca, Alberti y al más moderno, Ángel González, de la Generación del 50, galardonado entre otros muchos títulos, con el Príncipe de Asturias y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. 

Como es habitual en todos los actos del Casino, siempre de alto nivel, la sala estuvo llena a reventar con un variado público, gran parte del cual también ejerce profesionalmente de la Cultura en general y de la música en particular, como Emilio Rey, catedrático emérito de folklore musical; Fernando Criado, director de la revista cultural Hasta el tuétano, de la que es miembro la propia Elisa; el cantante Alberto Pestaña, el médico y escritor Fernando Lamata, exconsejero de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. Amén de una nutrida representación del Club de las 25, al que pertenece también la albacetense e integrado por diversas importantes mujeres artistas, periodistas y escritoras.

Más allá de sus siempre exitosos recitales, como el relatado líneas arriba, el multifacetismo e implicación de la paisana -también licenciada en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de Valencia- le ha llevado a ser la máxima responsable desde hace muchos años de la organización, coordinación y presentación del Maratón de Voz. Una cita no sólo para gente que se gana la vida cantando, sino también para otros profesionales que utilizan a menudo las cuerdas vocales.

Su edición de este 2024 se realizó en el bello teatro de la Escuela Superior de Canto -que es el antiguo salón de baile del Palacio Baüer, que tantas fiestas presenció en el Madrid del siglo XIX-, de la que es catedrática, en jornadas de mañana y tarde, con el apoyo de la Sociedad Española de Otorrinolaringología representada por el doctor Primitivo Ortega, por indicación del actual presidente, que se encontraba en Barcelona. Para el acto inaugural viajó desde Lisboa el también destacado médico especialista Mario Andrea, quien fue el inventor de esta cita que impulsó cuando era catedrático de la Facultad de Medicina de Lisboa y jefe de servicio del Hospital de Santa María. 

A este insigne doctor le acompañaron igualmente como especialistas en otros de los múltiples aspectos «del mejor y más completo instrumento», como define Elisa a la voz, la  Inspectora de Enseñanzas Artísticas de Madrid, María José Blanco; el médico Pedro Gómez Vilda, catedrático de la Universidad Politécnica de Madrid, donde ha desempeñado también el cargo de director del Laboratorio de Voz, y el actual director de la Escuela, Julio Alexis Muñoz. Todos ellos bajo la coordinación de la albacetense, que se ocupó de la compleja labor de organizar hasta el más mínimo detalle.  

Lo que no le impide participar en las actuaciones de algunos de los que han sido -varios de ellos ya importantes profesionales- o son los más destacados alumnos de la entidad, muchos de ellos suyos, que en conjunto cantan bien individualmente o como dúos hasta un total de 74 fragmentos, de ópera y, claro, tratándose de Elisa, al frente de la programación, zarzuela, de la que es una ardiente defensora. Y también canciones españolas «del amplio repertorio clásico que tenemos y como con nuestro género lírico no suficientemente valorado», cual declara a La Tribuna. Así, siguiendo su pasión por la zarzuela, en una de las tres veces en que la paisana se subió al escenario lo hizo para cantar con el profesor Juan Lomba y Duncan Gifford a piano, el famoso dúo Cállate corazón, de Luisa Fernanda.

 La importancia y repercusión de este Día Mundial no sólo radica en estas actuaciones, sino que también un equipo de médicos especialistas en otorrinolaringología realizan exploraciones gratuitas de las cuerdas a profesionales de la voz, no sólo a cantantes sino también a gente del mundo de la radio y a quienes se inscriben con anterioridad. En este caso la doctora Consuelo Ortega, del Hospital Infanta Sofía, y el doctor Bartolomé Scola, jefe de servicio del Gregorio Marañón de Madrid, valoraron a cerca de medio centenar de personas, merced al extraordinario instrumental cedido por Olympus. Finalmente la clausura del acto la llevaron a cabo los doctores Ortega, Andrea y Scola, junto a Elisa, que además del agradecimiento de los participantes, recibió un fuerte aplauso del público que ocupó íntegramente los asientos del teatro.

Lo único que dentro de su amplia trayectoria como profesora lamenta Elisa -que ha regresado de su estancia de cinco días en la Universidad de Aveiro dando unas Clases Maestras, «con estupendas voces gracias a la profesora Isabel Alcobía», como apunta- es no haber tenido nunca un alumno albacetense. «Me haría una gran ilusión, pero tristemente es así, al menos hasta ahora». Aunque al menos sí que dio clases a un manchego, Pedro Jesús Cano, de Socuéllamos, al que define como «un excelente barítono ya profesional» y que forma parte del Coro de RTVE.