La Diócesis tiene cuatro nuevos sacerdotes

Antonio Díaz
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El obispo emérito de Albacete, Ángel Fernández Collado, ordenó a en la Catedral de Albacete a Erick A. López, Amador Gómez, Javier Marín y Rubén Gómez

Un momento de la ordenación. - Foto: Víctor Fernández

El obispo emérito de Albacete, Ángel Fernández Collado, ordenó a cuatro nuevos sacerdotes en la Catedral de Albacete, Erick A. López, Amador Gómez, Javier Marín y Rubén Gómez.

Son 11 las ordenaciones durante los años que ha permanecido Ángel Fernández al frente de la Diócesis, según comentó momentos antes de comenzar la eucaristía.

Erick A. López del Cid, de 28 años, ha sido hasta ahora diácono en la parroquia de Nuestra Señora de las Angustias y San Felipe Neri de Albacete; Amador Gómez Honrubia. de 29 años, fue diácono en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, de Albacete; Javier Marín Martínez, de 43 años, ha sido diácono en la parroquia Santa Quiteria, de Higueruela y Nuestra Señora de los Remedios, de Hoya Gonzalo; por último, Rubén Gómez Magdaleno. de 47 años, ha sido diácono en la parroquia de La Asunción de Nuestra Señora de Yeste y aldeas. 

La bella ceremonia comenzaba, con la Catedral llena, y un primer canto de la Capilla Musical de la Catedral de Albacete, con 'Lauda, Jerusalem', hasta la llegada de la comitiva al altar, con un buen número de sacerdotes concelebrando la eucaristía de ordenación sacerdotal.

Se acercaron los cuatro presbíteros, se llevó a cabo su presentación y comenzó la ordenación, a la que siguió la homilía. Dijo Ángel Fernández que "finalizando el curso pastoral nos vemos bendecidos con el don de cuatro nuevos sacerdotes, demos gracias a Dios Padre, por medio de Jesucristo nuestro Señor, en el gozo del Espíritu, por este don de su amor, y a la vez que le agradecemos su generosidad para con nosotros, roguemos al dueño de la mies que envíe más obreros".

Hizo después una reflexión, "los sacerdotes son, en la Iglesia y para la Iglesia, una representación sacramental de Jesucristo, cabeza y pastor, proclaman con autoridad su palabra. En una palabra, los presbíteros existen y actúan para el anuncio del Evangelio al mundo y para la edificación de la Iglesia, en el nombre y en la persona de Cristo, cabeza y pastor».

Recordó que Erick, Amador, Javier y Rubén, "en el día de hoy, gracias a la imposición de manos y la oración consagratoria, vais a quedar configurados para siempre, en el tiempo y la eternidad, con Jesucristo sumo y eterno sacerdote. A partir de hoy cada vez que habléis y obréis celebrando los sagrados misterios, será el señor Jesús quien hable y obre en vosotros y a través de vosotros. Queridos hijos, en el momento de vuestra ordenación sacerdotal, mediante el signo litúrgico de la imposición de las manos, Cristo os pondrá bajo su especial protección. Por ello nunca tengáis miedo de ser sacerdotes a fondo, sacerdotes ciento por ciento".

Confirmó que "aunque parezca duro afirmarlo, los sacerdotes no tenemos derechos, sólo deberes; el deber de predicar la palabra de Dios a todos; el deber de enseñar la fe de la Iglesia a los niños, jóvenes y adultos por medio de la catequesis; el deber de administrar los sacramentos y de visitar a los enfermos y a los sanos; el deber de conducir a Cristo a todos con un amor que no excluya a nadie, pero que tenga a los pobres y a los jóvenes como a sus predilectos".

Tras la homilía del obispo emérito continuó el rito de la ordenación con los cuatro elegidos que se acercaron y manifestaron su voluntad de desempeñar el ministerio, con su promesa y oración.

Terminó con la imposición de manos por parte del obispo emérito, al que siguieron todos los sacerdotes concelebrantes, como signo de la transmisión del orden sacerdotal que un día ellos también recibieron, un gesto que se hizo en absoluto silencio.

La plegaria puso fin al rito de ordenación, con los ordenandos que se levantaron, para colocarse las casullas y estolas, ya como nuevos presbíteros de la iglesia, de la Diócesis de Albacete.

Por último, el obispo emérito ungió las manos de los ordenandos con el Santo Crisma, con entrega de la patena y el cáliz, con el abrazo de paz, así como el de todos los sacerdotes, poniendo fin a la ceremonia de ordenación, para continuar con la eucaristía, ya como nuevos sacerdotes Erick A. López, Amador Gómez, Javier Marín y Rubén Gómez.

Sus primeras misas serán mañana, Amador Gómez, a las 12,30 horas en Fátima; Erick A. López, a las 20 horas, en Las Angustias. Rubén Gómez, la celebrará el sábado 22, a las 20 horas, en Yeste; y Javier Marín el domingo 23, a las 19 horas, en Higueruela.