José Manuel Lara Alberca presenta hoy, a las 19 horas, en Popular Libros su primera novela Milk. El autor, que comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de la obra, conversará con Ana Martínez Castillo y Pedro Gascón.
¿Novela corta?
Es novela corta, muy intensa, con más de 140 páginas.
¿Por qué Milk?
Si hablo de por qué Milk, cuento bastantes cosas de la novela, pienso que deben ser los lectores y lectoras los que deben descubrir por qué se llama Milk, forma parte del proceso de la lectura.
¿La acción está situada en un pueblo?
Bueno, una de las características que tiene esta novela es que no hay ni tiempo ni espacio. No se sabe en ningún momento dónde está situada, ni en qué tiempo, pasado o presente y luego, no hay nombres propios. Eso está hecho deliberadamente para que lectores y lectoras pongan todo ahí y puedan identificarse totalmente.
¿Pero sí hay protagonista en este relato y perro, entre los ingredientes de la trama?
Sí hay protagonistas, es una novela coral, en la que se narra a través de distintos personajes y hay un perro, porque me gustaba mucho la idea de lo que es el aspecto animal, de lo que nos transmiten y cómo se comunican con nosotros sin darnos cuenta.
¿Hay un asesinato?
Desapariciones sí; asesinato no hay ninguno, no es la clave. Sí hay desapariciones y esas personas forman parte de la trama.
¿En qué género podríamos incluir Milk?
Chamán Ediciones, que se ha portado genial conmigo y me ha apoyado siempre, la ha calificado como novela de suspense, thriller psicológico. No tenía la intención, porque cuando escribí la novela en ningún momento tuve esa intención, ni de que fuera de suspense o thriller, pero sí es cierto que cuando la lees, desde la primera página, te mantiene en tensión. Podríamos situarla ahí, realmente Milk es una novela de suspense; para mí, es un cuento.
¿Tiene que ver con su experiencia como psicólogo?
Todo tiene que ver, la literatura, al fin y al cabo, es un ajuste de cuentas con la propia vida. Llevo 30 años trabajando con personas, intentando ayudarles desde mi modesta posición y claro, he escuchado muchísimas historias. Mi forma de trabajar esta novela ha sido mirando hacia mi interior, cerrando los ojos no hacia mi interior a nivel personal, sino a ese especie de mar donde hay tantísimas historias que he dejado que se mezclen y de ella ha salido la novela. No hay ningún caso en concreto pero, por lo tanto, todo tiene que ver.
¿Cómo vino esta historia?
Siempre he escrito, era como una especie de autodisciplina, pero nada de lo que yo había escrito me terminaba de seducir, así que intenté hacer un proceso, como el que hago con la pintura, mirar hacia adentro, concentrarme, y la historia fue saliendo sola, se fue configurando y, de alguna manera también salió la estructura, no fui a buscarla, estaba ahí.
¿El proceso de escritura fue rápido?
No es la primera novela que escribo, sí la primera que se publica, y en este caso, fue muy fluido. Comencé en primavera y en septiembre estaba ya la historia, aunque luego vino el proceso de relectura y corrección.
¿Por qué decidió publicar ésta precisamente?
Porque las otras no me seducían lo suficiente y esta coincidió que ya había trabajado con Chamán Ediciones y les había hecho la portada de un ensayo. Tenían una convocatoria abierta, hablé con ellos, la leyeron y les gustó mucho. Se han vinculado mucho emocionalmente con este proyecto y me dijeron que la publicaban.
La portada es suya.
Sí, es una acuarela antigua, que he utilizado para varias exposiciones, incluso para un álbum ilustrado que publicamos mi hermano y yo. Es como una imagen fetiche, me acompaña.
¿Coincide con su exposición en Popular?
No coincide. La exposición, Cierra los ojos, se inaugura el 9 de abril, también en Popular. La exposición de pintura ya estaba cerrada hace tiempo, porque me la pidieron para el mes de abril y luego ha surgido que el libro se ha publicado en estas fechas, pero hay un par de semanas de diferencia.