Emiliano García-Page deja de ser hoy el presidente de las 'regiones del vino' de Europa. Después de siete años al frente de la AREV, la Asociación de Regiones Europeas Vitícolas, el presidente autonómico ha decidido dar este paso para abrir camino a una renovación. Ahora bien, no quiere que Castilla-La Mancha se desvincule de esta organización y ha propuesto que Toledo sea la sede de la celebración de la próxima asamblea. Lo ha sugerido hoy en la reunión que se ha realizado en la ciudad rumana de Iasi.
Además el presidente autonómico en su intervención ha propuesto que la AREV sea la fórmula para que se puedan presentar proyectos a la Unión Europea entre varios territorios, pues recalca que la Comisión Europea los valora más. Page contó que su idea es que la AREV sea el "puente de conexión entre distintas regiones para que se puedan redactar formular proyectos conjuntos entre regiones, por ejemplo, entre Moldavia y Castilla-La Mancha o entre la región de Borgoña con La Rioja". Indicó que estos "proyectos entre dos o tres regiones son hoy los mejor valorados en la Comisión Europea" y añade que así se redunda en beneficios en áreas como la "investigación, la comercialización y producción de vino".