El neerlandés Dylan Groenewegen, campeón nacional en ruta, brindó ayer al Jayco Alula su primer éxito en el World Tour con una ajustada victoria al esprint en la sexta etapa del Tour de Francia, disputada entre Mâcon y Dijon, de 163,5 km, en la que mantuvo el maillot amarillo el esloveno Tadej Pogacar.
Dos años después de su racha de cinco victorias en el Tour, Groenewegen (Amsterdam, 31 años) volvió para cantar la sexta en la meta de Dijon, de manera tan ajustada que no pudo levantar los brazos. Relegó al belga Jasper Philipsen (Alpecin) a la segunda plaza y al eritreo Biniam Girmay (Intermarché) a la tercera. Luchó por la gloria Fernando Gaviria (Movistar), pero el colombiano quedó a las puertas del podio.
Es eercer esprinter que gana en la ronda gala después de Girmay y Cavendish, en una jornada de transición que cumplió el pronostico de llegada masiva. Un triunfo perseguido y celebrado con emoción. Desde 2022 Groenewegen no se pasaba por el podio. En zona de los vinos de Borgoña, su equipo, el Jayco, pudo celebrar su estreno.
No hubo cambios en la general. Los favoritos tuvieron algún sobresalto por las travesuras del viento, pero todos llegaron junto a meta. Tadej Pogacar sigue al mando en vísperas de la crono, seguido a 45 segundos por Evenepoel, mientras que Jonas Vingegaard sigue a 50 segundos, Juan Ayuso a 1.10, Roglic a 1.14, Carlos Rodríguez a 1.16 y Mikel Landa a 1.32.
Fue una etapa por Borgoña para afrontar la ruta del vino donde se presentó la lluvia y todos los equipos miraban la previsión del viento.
El Lotto Dstny soltó el látigo en cabeza a 70 por hora al paso por Chassagne-Montrachet, a 84 km de meta. Ninguna broma para el UAE del líder, que quedaron en un segundo grupo.
La maniobra y esa consecuencia puso al frente al Visma de Vingegaard, forzando la máquina en espera de víctimas, sobre todo de los hombres del líder, poco atentos a las maniobras, dejando solo al maillot amarillo, desprovisto de gregarios, descolgados a 25 segundos.
Un decorado que se modificó una decena de kilómetros más tarde. El grupo se volvió a compactar a 70 de meta y el viento siguió acompañando al pelotón camino de Dijon. Los acelerones y los abanicos subieron de manera brutal.
Los más atrevidos
Los favoritos tomaron el mando del grupo, en espera de llegar a la zona de seguridad, a tres kilómetros de meta, para esfumarse y dejar paso a los 'guepardos' y sus lanzadores.
Como viene siendo habitual en este Tour, ningún equipo impone su tren de lanzamiento.
Nadie, o pocos, contaban con Dylan Groenewegen, un esprinter agazapado en los últimos tiempos, pero todavía con piernas explosivas. Pero el ciclista de Ámsterdam volvió por sus fueros, controló los movimientos de Philipsen y a 50 metros de cruzar la línea de meta, él lanzó su ataque particular.
Llegó a tiempo, por centímetros, para meter la rueda y llevarse la sexta etapa en el 'Grande Boucle' y la número 75 de su carrera deportiva.