La Consejería de Economía de la Junta sacaba hace escasos días a licitación el contrato de la Dirección de las obras de rehabilitación parcial del Complejo Industrial San Carlos en Riópar, para su uso como hospedería, restaurante, zona de eventos y museo.
De acuerdo a los términos de la licitación, el importe inicial de este contrato es de 385.000 euros, pero lo interesante está en el plazo de ejecución del mismo: 20 meses, que se podrían ampliar si las necesidades de la obra así lo exigiesen.
Por tanto, la previsión de la Administración regional es que, como mínimo, las obras se prolonguen hasta principios de 2026. Lo cual no resulta extraño, si se tiene en cuenta la especial complejidad de la obra y el alto valor histórico del edificio.
El adjudicatario tendrá que asumir la dirección de la obra y de su ejecución, la coordinación de la seguridad y salud de los trabajadores y además, el seguimiento y control arqueológico, asunto especialmente crucial en un antiguo complejo fabril nacido en el siglo XVIII.
Cabe recordar que, con este proyecto, se quieren restaurar los edificios principales, así como rehabilitar la zona donde se encontraban los antiguos hornos y talleres de fundición, para así convertirlos en una hospedería que tendrá unas 40 habitaciones.
El centro del pueblo. La idea que guía todos estos trabajos es lograr que las Fábricas deben volver a ser el centro de gravedad de la vida de Riópar, como ya lo fueron en la época en la que la fundición de bronce estaba a plena actividad.
Para ello, se transformará una superficie de unos 7.497 metros cuadrados de superficie, de un complejo que abarca 9.911 metros cuadrados. El resto, algo más de 2.400 metros, son dependencias y espacios municipales que ya tienen alguna clase de uso.
Por ello, se quiere hacer una gran plaza pública cubierta, que integre y sirva de acceso principal al museo de maquinaria, el de maquinaria, la futura hospedería y la cafetería, que tendrá una espectacular zona de terraza y de paseo junto a una balsa.
Uno de los primeros problemas que deberá afrontar la nueva dirección de obra es que algunos sectores del edificio están deteriorados, a causa de la prolongada falta de uso o de un mantenimiento deficiente, ya que las Fábricas llevan muchos años cerradas.
Primeras reparaciones. Por esta causa, varias de las primeras actuaciones afectarán a elementos esenciales, como por ejemplo reemplazar cubiertas, consolidar o estabilizar algunos muros y estructuras, así como reemplazar algunos elementos por otros más modernos y resistentes.
Una vez terminada la fase de consolidación, comenzará la de restauración de los edificios, porque a pesar del cambio de uso se mantendrá el respeto a lo ya existente, para que el conjunto mantenga en lo esencial su fisonomía.
La historia de las Reales Fábricas de San Juan de Alcaraz comenzó en el año 1773, cuando el ingeniero austríaco Juan Jorge Graubner puso en marcha el primer complejo fabril que hubo en esta parte de España, a causa de la abundante materia prima.
Graubner eligió Riópar por la disponibilidad de agua, fuente de energía hidráulica, y por la presencia de yacimientos de calamina, el mineral del que se extrae el zinc. El complejo se mantuvo en activo hasta el año 1996.
En 2018, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, lanzó la idea de convertir las Fábricas en un alojamiento de lujo, parte de la Red de Hospederías.