Las fuertes lluvias caídas la semana pasada en la Sierra del Segura dejaron aislados a varios vecinos que residen en uno de los cortijos que forman parte de la pedanía de Vizcable, que comparten los municipios de Yeste y Nerpio.

Según explicaba José López, uno de los afectados, «todos los años, cuando la rambla baja con agua, la carretera se corta, eso es normal, estamos acostumbrados, pero esta vez la crecida se llevó un tramo entero de la calzada».

El problema, indicaba el vecino, es que este año no sólo bajó mucha agua, sino que también hubo muchos arrastres de tierra y piedras que dieron  más fuerza a la avenida. Al final, la crecida se llevó a su paso la capa de cemento.

«El día que subió, bajaban como dos metros de agua», recordaba López, «y desde entonces tenemos que dejar los coches antes del vado y hacer el resto del camino hasta nuestras casas a pie, con todo lo que ello comporta».

El problema, señalaba, es que los pocos residentes que quedan en la zona «somos gente de edad» que no están para ir y venir. Y encima está la cuestión de la época del año,  casi a mitad del otoño y con los primeros fríos encima.

«Si llega el mal tiempo y esto no se arregla, nos tendremos que ir con los hijos», decía José López, «porque si ahora el paso está impracticable, dentro de un mes ya ni pensarlo, estará imposible y nos quedaremos bloqueados».

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