El Albacete Balompié jugó un partido para olvidar y salió goleado por un Deportivo que no desperdició los regalos que le ofreció el desordenado equipos manchego.
Sorprendió en cierta medida Alberto González porque por primera vez desde que llegó al equipo manchego repitió equipo. Mucho le debió gustar lo que hicieron los titulares en Ferrol para volver a formar con los mismos frente al Deportivo.
En el arranque Yeremay ya dio muestras de su calidad, pero el disparo de Mfulu se fue fuera. No era ni el primer minuto y ya había llegado el Deportivo.
El Albacete naufragó en un partido para olvidar - Foto: Rubén SerralléPero el que golpeó primero fue el Albacete a los cuatro minutos, en un saque de esquina mal defendido por el Dépor que Quiles aprovechó para hacer el 1-0 ante el delirio de una grada muy poblada a pesar de ser un viernes, seguramente animados por el buen resultado cosechado en Ferrol.
El buen inicio quedó borrado de un plumazo debido a los regalos defensivos de un Albacete que, además de sufrir mucho por ambas bandas, perdía el balón con facilidad cerca de su área y el Deportivo lo supo aprovechar. Las autopistas que había en las bandas manchegas eran aprovechadas en el minuto nueve para centrar un balón desde la línea de fondo que Mella, en el segundo palo, introdujo dentro de la portería con un disparo imparable. Hubo un par de minutos de revisión por parte del VAR por si el jugador del Deportivo que había centrado desde la línea de fondo había iniciado la jugada en fuera de juego, pero finalmente el árbitro ordenó el saque de centro.
Apenas habían pasado cuatro minutos cuando un mal despeje de Alcedo provocó el segundo gol coruñés, obra de Yeremay. En un abrir y cerrar de ojos la alegría por el gol de Quiles se había tornado en decepción. Y es que durante toda la primera parte ambas bandas del Alba fueron un coladero por el que Yeremay y Mella jugaron a placer.
El Albacete naufragó en un partido para olvidar - Foto: Rubén SerralléDe todas formas, con el marcador a favor, el Deportivo no tuvo prisas por jugar, sobre todo viendo como el Albacete cogía la pelota, la tocaba en el centro del campo, pero no encontraba la manera de profundizar. Fidel lo intentaba por la derecha, Agus Medina se multiplicaba y Ale Meléndez trataba de darle sentido al juego, pero no había la fluidez ni la precisión necesaria para poner en apuros al Deportivo, que pudo marcar el tercero en una galopada de Mella en la que sacó los colores, otra vez, a un desbordado Alcedo.
Antes de acabar el primer tiempo, una clara falta sobre Ale Meléndez en la frontal del área no señalada por el colegiado provocó un contragolpe que acabó con gol del Deportivo, pero en claro fuera de juego y por ello no subió al marcador. Ya con el cuarto minuto de añadido cumplido, la última jugada fue un saque de esquina que Fidel puso perfecto a la cabeza de Agus Medina, pero su remate cruzado se fue lamiendo el palo ante la desesperación del jugador del Albacete.
desquiciados. Apesar de los evidentes problemas que se veían, Alberto González no movió su banquillo en el descanso. Salió el Alba con ganas, pero con pocas ideas. Las intenciones no encontraban respuesta ante la falta de recursos y la buena defensa de un Deportivo que apenas pasaba apuros.
El Albacete naufragó en un partido para olvidar - Foto: Rubén SerralléLos jugadores locales empezaban a desquiciarse, a lo que también colaboraba el colegiado con sus decisiones. Una caída de Juanma en el área en lo que parecía un claro pisotón se quedó en nada, ante las protestas locales. Todas esas acciones iban sacando un poco más al equipo del partido, pero lo definitivo fue el enésimo error atrás que provocó la sentencia por parte del Deportivo. En el minuto 61 Ros cometía un nuevo fallo en un despeje y Yeremay aprovechaba para hacer el tercer gol para su equipo.
El Deportivo solo había sido capaz de anotar tres goles en las seis primeras jornadas, pero había encontrado un chollo en un Albacete demasiado fallón para competir en una categoría en la que los detalles son tan importantes. Para ahondar en la herida y con el partido prácticamente perdido, Alberto González decidió hacer cuatro cambios de una tacada, quitando defensa para meter delanteros. Uno de los damnificados fue Jon García, cambio que el respetable no entendió, con silbidos y gritos de «¡Fuera, fuera!» para el banquillo.
Con los cambios, el Alba quedó con una defensa de circunstancias, con Jon Morcillo de lateral y Agus Medina de central. La arriesgada apuesta tuvo una rápida respuesta por parte del Deportivo, que en una rápida jugada de su centro del campo se plantaba en el área local para hacer el 1-4 ante la desesperación
jugada loca. El Alba recortó distancias en una jugada de auténtica locura, con varios remates, alguno a puerta vacía, hasta que finalmente Fidel lograba alojar la portería en el fondo de las mallas. Hubo revisión del VAR, pero no hubo nada punible y el gol subía al marcador, pero la distancia ya era insalvable porque el tiempo iba pasando en beneficio del Deportivo.
Y por su había dudas, Mella se encargaba de hacer el quinto para su equipo en otra acción de contragolpe evidenciando el desorden provocado por los cambios realzados por Alberto González. Las vías de reacción abiertas en Ferrol quedaban cerradas con un partido lamentable y para olvidar.