Levantaron expectación los victorinos en el cierre del abono y la plaza registró más de tres cuartos de entrada, pero cumplieron con el dicho y fue una corrida de decepción, la mayoría de astados con peligro y poco fondo y un toro propicio para el triunfo, el tercero, con el que Serrano pinchó una buena faena y queda en el aire el premio que hubiese obtenido, porque el público estaba con los toreros, como se comprobó al hacerles salir a saludar antes de que el primer toro saltase al ruedo.
Con este panorama, el más listo fue Rubén Pinar, quien paseó la única oreja del festejo, tras una tarde completa del diestro, en la que su oficio y entrega le llevaron a ganar la pelea ante sus dos enemigos, la segunda de ellas con el premio de un apéndice. Serrano tuvo en el tercero al mejor toro del festejo y le realizó una buena faena, con pasajes de temple y hondura en su toreo, pero estuvo muy desacertado con los aceros. En el que cerró plaza, con peligro, puso mucha voluntad, pero con poco que conseguir. Escribano quedó inédito con el peligroso primero y con el segundo de su lote, tuvo tan poco entrega como el astado.
La claridad de Pinar. El quinto, al que cortó una oreja Pinar, repitió en el capote del tobarreño, sin entregares, al igual que en el buen puyazo, arriba, de Agustín Moreno, mientras que en banderillas esperó y apretó. Le costó tomar la muleta de un Pinar que tiró de oficio ante un toro más complicado según avanzaba la faena. Tiró del toro con la muleta, exponiendo, sobre todo toreando con la mano derecha, sobre la que cimentó su labor, porque por el pitón izquierdo todavía tuvo menos entrega el de Victorino Martín. Faena de pelea otra vez de Pinar, en la que volvió a salir victorioso, esta vez, con una oreja en el esportón tras acabar con el toro con una estocada delantera
El primero de su lote movió de salida, pero sin entregarse en el capote de Pinar, blandeó antes de entrar al caballo, donde no se empleó, y en banderillas esperó. La faena de muleta, que brindó al empresario Manuel Amador, la comenzó doblándose con el toro y, a partir de ahí, comenzó la pelea entre toro y torero. Corto se quedó por el pitón derecho, y más todavía por el izquierdo, sin humillar y sin entrega, parándose debajo de un torero muy firme que tragó y que se impuso a los puntos a un peligroso astado, al que remató con una estocada y un golpe de descabello. Pitos al toro y vuelta al ruedo para el torero.
A portagayola se fue Sergio Serrano a recibir al tercero de la tarde, al que después recetó varias verónicas y la revolera de remate. Sin fijeza en el capote llegó el toro al caballo, donde metió la cara abajo y se empleó, mientras que en banderillas esperó. Brindó su faena el diestro local a sus paisanos y comenzó doblándose con el toro por abajo, antes de ligar una templada serie con la derecha, aunque lo mejor de la faena llegó en el toreo al natural a un toro que iba más lejos en el primer muletazo y se quedaba más corto en los siguientes, aunque Serrano logró templados y hondos naturales que provocaron los olés del tendido. Estuvo firme el torero, que remató con lucidos naturales a pies juntos, pero dejó escapar el triunfo, uno más, por su fallo con los aceros: cuatro pinchazos, una estocada casi entera y un descabello. Palmas al toro y ovación para el torero.
Sin entrega en el capote el sexto, que se fue buscando la querencia, en el caballo se defendió en un primer buen puyazo de Dani López, mientras que en el segundo sólo marco el varilarguero; y en banderillas esperó y apretó, estando a punto de prender a Fernando Casanova. Brindó a su hermano y mozo de espadas, Óscar Serrano, un toro complicado en la muleta, sin pasar y con peligro, aunque un voluntarioso Sergio Serrano lo intentó por ambos pitones, exponiendo ante un astado que en cualquier momento podía lanzar el derrote. Lo despachó con un pinchazo hondo y tres descabellos.
Lo mejor del primero de la tarde, que correspondió a Manuel Escribano, fue su presentación, aplaudido cuando saltó al ruedo, pero ahí se acabó lo bueno del ejemplar de Victorino Martín. Corto en el capote y reservón, se coló por pitón derecho, con poca entrega en el caballo en los dos puyazos que recibió, mejor el primero, y en banderillas fue donde más pudo lucir Escribano, con tres pares que dejó arriba. La faena de muleta tuvo poco historia, porque el diestro, tras ver que apretó por el derecho en anteriores tercios, lo intentó al natural y de primeras el toro se le vino al pecho, por lo que el diestro, tras un trasteo, se fue a por la espada y, tras un pinchazo, dejó una estocada habilidosa y muy efectiva. Pitos al toro y silencio para el diestro.
A portagayola se fue Escribano a recibir al cuarto de la tarde, al que luego recetó varias verónicas, jaleadas por el público. En el caballo, el toro empujó con un pitón y en el cambio de tercio, cuando el diestro fue obligado a desmonterarse, lo hizo con algo de ironía, porque hasta hizo una reverencia a la Presidencia. El de Victorino fue blando, con poco fondo y entrega, pero no fue mucho mayor la del diestro, que lo pasó por ambos pitones, en series cortas y de poco lucimiento. Despachó al astado con una estocada trasera. Palmitas para el toro en el arrastre y ovación para el diestro.
FICHA
Ganadería. Se lidiaron seis toros de Victorino Martín, desiguales de presentación, serios, la mayoría con peligro y poco, siendo el mejor el tercero.
Manuel Escribano. Verde y azabache. Silencio y ovación.
Rubén Pinar. Grana y oro. Vuelta al ruedo y una oreja.
Sergio Serrano. Blanco y oro. Ovación y ovación.
Incidencias. Más de tres cuartos de entrada en tarde fresca.