La Biblia es una fuente de transformación

Redacción
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Estela Aldave, doctora el Teología bíblica, afirma que la Sagrada Escritura «me ayuda a recordar que debemos vivir con profundidad y a hacerme preguntas constantemente»

Estela Aldave ofreció la lección inaugural del curso del Instituto Teológico Diocesano. - Foto: MCS

La doctora en teología bíblica Estela Aldave Medrano fue la encargada en impartir la lección inaugural de curso del Instituto Teológico Diocesano de Albacete. Hablamos con ella acerca de la Biblia y su relación con la vida.   

Estela, ¿por qué son importantes los centros de estudios teológicos en las Diócesis?    

Los centros de estudios teológicos impulsan la formación y son un lugar absolutamente necesario para que todos los miembros de la iglesia adquiramos una formación teológica sólida, necesitamos conocer aquello en lo que creemos para poderlo anunciar.

¿Toda la teología está iluminada por la Biblia?    

Siempre decimos que el alma de la teología es la Biblia. La Biblia es siempre lo primero; es la fuente a la que debemos acudir para revitalizar tanto la teología como la vida de la Iglesia y la de todos los creyentes. La Biblia siempre es inspiradora para procesos de cambio y renovación.

¿Cómo puede ayudarnos la Biblia en situaciones de diferencia o conflicto?     

Estos días he estado leyendo los documentos del Sínodo y las meditaciones del dominico Timothy Radcliffe, basadas todas en la Escritura. Al leer el trabajo de otros, caigo en la cuenta de que la Escritura realmente nos ayuda a sintonizar con la vida que estamos llamados a vivir, a escucharnos, a descubrir la presencia del Espíritu y la acción de Dios en cada persona. La Biblia tiene una capacidad de cambio más profunda que muchos discursos que a veces damos. Es la Biblia la que realmente puede transformarnos internamente. Esto es esencial para caminar como Iglesia en este tiempo que no es fácil y que nos pide mucha transformación, mucha conversión personal y eclesial.

¿Por qué es importante que leamos y estudiemos la Biblia?    

Podemos entender la Biblia con la ayuda del Espíritu. No siempre es necesario tener una formación para leer la Biblia, pero cuanto más formados estamos, más cosas podemos descubrir en los textos. Se complementan tanto la sensibilidad como la vida en profundidad, que nos ayudan a leer y entender la Biblia, pero sin duda, la formación también es de gran ayuda.

¿Cómo ayudan los grupos de Lectio Divina a leer la Biblia?    

La Lectio Divina tiene una gran virtud: nos invita a prestar atención al texto, lo cual es decisivo y nos permite ver realidades invisibilizadas. Intentar, aunque no sea fácil, leer los textos como si fuera la primera vez es un paso fundamental en la Lectio Divina. Creo que es una manera muy válida de hacer que la Biblia sea efectivamente un motor de cambio y transformación.

En tu conferencia, presentabas personajes bíblicos femeninos que aparecen en el Evangelio de Juan, como la madre de Jesús, la mujer de Samaría, Marta y María de Betania, y María Magdalena. ¿Qué mensaje transmite cada una de ellas?    

La madre de Jesús, en su relación con la cruz y la muerte de Jesús, nos muestra el aprendizaje de la aceptación. La mujer de Samaría nos habla de la misión. Marta y María de Betania nos inspiran esperanza en la vida después de la muerte. Y María Magdalena, en su encuentro con el Resucitado y la transmisión del Kerigma Pascual, representa a la «apóstol de los apóstoles», como ha sido reconocida por la tradición eclesial.

¿Qué papel tiene hoy la mujer en la teología y en la Iglesia?    

Creo que cada vez más, las mujeres tenemos una voz autorizada, no solo como creyentes. Estamos todos en igualdad: todos tenemos el Espíritu. En la enseñanza de teología, cada vez hay más mujeres formadas, lo cual es beneficioso, no tanto como una lucha por ganar o perder, sino porque enriquece cualquier disciplina. Cuantas más voces distintas haya, más se enriquece la teología. Hoy no se puede entender la teología sin la aportación de las mujeres. Esto nos recuerda que debemos recorrer un camino de escucha y de dar credibilidad a las voces de los demás, tanto mujeres como hombres. Subrayo «mujeres» porque sabemos que, históricamente, hemos quedado rezagadas, pero tengo esperanza en que seguiremos avanzando.

 ¿En qué ha cambiado tu vida de fe y tu persona el estudio de la Biblia?    

En muchas cosas. Disfruto mucho estudiándola y enseñándola. Me ayuda a recordar que debemos vivir con profundidad y a hacerme preguntas constantemente. A veces no es fácil, y debemos estar en un continuo trabajo de apertura a nuevas preguntas, pero eso es lo que me aporta la Biblia: no conformarme con cualquier respuesta. La Biblia ofrece muchas cosas.

Para terminar, Estela, ¿qué pregunta le harías a nuestros lectores?    

Quizás, parafraseando el Evangelio de Juan, les preguntaría: ¿Qué buscáis? El verbo «buscar» y la pregunta sobre lo que buscamos aparecen muchas veces en la Biblia. Hay búsquedas que llevan a la muerte y búsquedas que conducen a la vida. Creo que buscar es algo a lo que nunca podemos renunciar; estar siempre en búsqueda es esencial. Vivir con preguntas es casi más importante que creer que tenemos todas las respuestas.

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