Con más de 5.500 accidentes laborales que conllevaron una baja, 2022 supuso un triste hito para la siniestralidad laboral en la provincia de Albacete, dejando esa cifra cerca de su máximo histórico, en coincidencia con la recuperación de la actividad económica tras la pandemia del Covid-19 y un momento en el que los contagios por ese virus eran contabilizados como causa de incapacidad temporal por accidente para los profesionales sanitarios o sociosanitarios, hecho que también contribuyó al alza de los registros.

Desde entonces las cifras han ido remitiendo, aunque se mantienen muy altas, como ocurre en toda Castilla-La Mancha, y el pasado 2023 se cerraba con un descenso interanual aproximado del 15%, que dejaba esos accidentes con baja en 4.830. 

La tendencia se ha ralentizado ahora y los datos provisionales del primer trimestre de 2024, publicados recientemente por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, son muy similares a los del año previo pues se han contabilizado 1.123 de esos siniestros (1.038 durante la jornada y 85 in itinere, durante el desplazamiento al centro de trabajo), lo que supone un descenso de apenas el 2,6% con respecto al mismo periodo de 2023 (1.154, con 1.072 y 82, respectivamente). Sin embargo, la diferencia ya es mucho más significativa con respecto a los datos del mencionado 2022, cuando los tres primeros meses del ejercicio dejaban la cifra de accidentes con baja en algo más de 1.300, un 16% por encima.

De los accidentes registrados en el territorio albacetense durante el primer cuarto del año solo uno fue mortal (por dos el año pasado y tres en 2022), mientras que seis tuvieron la consideración de graves (por ocho y 12, respectivamente en los dos años anteriores). Mientras, todos los restantes fueron calificados como leves.

(Más información en edición impresa y en La Tribuna de Albacete (https://latribunadealbacete.promecal.es)).