El Comité Federal del PSOE celebrado ayer no sirvió para mucho, ya que el secretario general del Partido Socialista, Pedro Sánchez, no explicó a sus barones nada sobre el acuerdo entre el Gobierno y y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) sobre la financiación de Cataluña. En vez de desgranar el documento firmado entre el Gobierno y la Generalitat, Sánchez se escudó en los ataques recibidos desde las comunidades autónomas gobernadas por el Partido Popular. Lo único que se sacó en claro de este comité es que Pedro Sánchez se presentará a la reelección como secretario general del PSOE en el Congreso Federal de la formación política previsto para el próximo 30 de noviembre en Sevilla. Ahí será cuando intente colocar a sus afines en la cúpula socialista y acallar las voces críticas, lideradas por el castellano-manchego Emiliano García-Page y el aragonés Javier Lambán. Estos dos barones fueron los únicos que criticaron la postura abiertamente de Sánchez en el Comité Federal y le piden explicaciones por la financiación de Cataluña. Ese acuerdo discrimina al resto de comunidades autónomas del país.
Para acallar esas voces díscolas, Pedro Sánchez aseguró que está abierto a ceder más competencias a las autonomías para que recauden más dinero, pero el problema no reside en las cesión de las competencias, sino de dónde sacará el Ejecutivo fondos para continuar con su acción de Gobierno. Sin duda, del bolsillo de los ciudadanos a través de una subida de impuestos que se antoja inminente.
Una vez más, Pedro Sánchez intenta jugar al trile con las comunidades autónomas, incluidas las gobernadas por el PSOE, y así gana tiempo para seguir en la Moncloa, sobre todo y todas las circunstancias adversas, como pueda ser la falta de presupuestos generales del Estado -cuya aprobación cada día se acerca más a la utopía y paraliza grandes proyectos-.
García-Page muestra en público su malestar, pero tendrá que tentarse la ropa, porque al menor desliz que tenga, Sánchez lo aprovechará y no se lo perdonará. Está en el punto de mira de la cúpula del PSOE, pero lo peor de todo es que el castellano-manchego da la cara y se enfrenta a su secretario general, mientras que otros dirigentes socialistas callan, pero en privado se muestran a favor del líder del PSOE en Castilla-La Mancha.
Pedro Sánchez asegura que España ya es un Estado federal, pero que en España lo denominamos autonómico. Sin duda, con sus últimas decisiones caminamos hacia ese federalismo, pero mal entendido, porque agranda las diferencias entre los territorios, cuando debía ser todo lo contrario y que el principio de solidaridad primara sobre el resto.