El Servicio de Pediatría detecta al año 30 casos de autismo

Teresa Roldán
-

La doctora María del Carmen Carrascosa apuesta por hacer una evaluación diferencial por la confusión con otros trastornos con características comunes

Imagen de archivo de un bebé en la Unidad de Neonatología del Hospital. - Foto: Rubén Serrallé

La incidencia y prevalencia del trastorno del espectro autista (TEA) está creciendo de manera exponencial. Se estima que uno de cada 100 nacimientos que se registra en la provincia de Albacete, porcentaje extrapolable a todo el territorio nacional, presentan este trastorno, de tal forma, que atendiendo a la natalidad que hubo en la geografía albacetense en  2023, el resultado es que fueron en torno a 30 los nacidos con autismo, según la jefa de Pediatría de la Gerencia de Atención Integrada de Albacete, la neuropediatra María del Carmen Carrascosa.

Sin embargo, la prevalencia de este trastorno según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de la agencia nacional de salud pública de Estados Unidos sería mucho mayor, ya que este centro estimaba en el año 2.000 que era de un caso por cada 150 nacidos, mientras que en 2020 nacía un niño con autismo por cada 36 nacimientos.  «Los estudios sobre este incremento de la prevalencia concluyen que no es debido a una mejoría en el diagnóstico sino a un aumento real de casos», agregó la doctora Carrascosa, que insistió en que a día de hoy se desconoce el origen y la causa del incremento de casos de TEA.

Además, la doctora Carrascosa  aseguró que no hay ninguna prueba que determine que un bebé o una persona adulta tiene TEA, sino que los especialistas siguen criterios de diagnóstico clínico, «la última descripción se hizo en 2013». 

Entre los signos más característicos que definen a la persona autista está el trastorno de la comunicación y de la integración social. Sin embargo, la jefa del Servicio de Pediatría de la GAIde Albacete, aclaró que «es difícil de delimitar y de hacer un diagnóstico diferencial de autismo, porque hoy en día un TEA leve de un caso que presenta trastorno de la comunicación social se pueden confundir, hay que dar un tiempo para ver la evolución de cada paciente, aunque en ambos casos el abordaje es común».

La doctora María del Carmen Carrascosa reconoció que desde las consultas de Neuropediatría del CHUA se derivan todos los años muchos casos a la Asociación Desarrollo, y más desde que la entidad cuenta con el programa bbMiradas, dado que la corriente actual apuesta por realizar los diagnósticos de TEA en recién nacidos entre los 18 y los 24 meses de vida.

Hasta la fecha se desconoce con exactitud la causa de este trastorno, sin embargo, se ha vinculado con un origen genético, biológico y, más recientemente, con la interacción entre los genes y el ambiente. En este sentido, la doctora Carrascosa insistió en que «ahora mismo tratamiento médico para curar el autismo no hay,  sólo neuroestimulación y un medicamento para paliar algunas comorbilidades que provoca el trastorno, como los casos que responden con agresividad», pero confió en que en el futuro sí aparezcan fármacos para su abordaje. Además, se refirió a que es precisamente en el campo de la epigenética donde más avances se han producido en materia de investigación en los últimos años. 

(Más información en edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete: https//latribunadealbacete.promecal.es))