Las primeras horas de la operación especial de Semana Santa transcurrieron con un tráfico fluido y progresivamente intenso en la autovía A-31, la infraestructura que asumirá la mayor parte de los más de 500.000 desplazamientos previstos por las carreteras de la provincia hasta el próximo 1 de abril, Lunes de Pascua. A última hora de la tarde no se habían producido incidentes ni retenciones de consideración, como sí las hubo durante la tarde en las salidas de las grandes capitales.

Las previsiones de la Dirección General de Tráfico (DGT) cifran en 535.150 los desplazamientos por la provincia para las próximas fechas, de los que 116.000 corresponden a este primer fin de semana, mientras que 303.000 se concentrarán entre el miércoles 27 y el lunes 1, una segunda fase en la que el momento más complicado suele ser el retorno a los lugares de origen en el Domingo de Resurrección.

Mientras, en Castilla-La Mancha, son casi 2,9 millones los viajes que estima la DGT, con 714.400 en la primera fase y más de 1,7 millones en la segunda. Esas cifras suponen cerca de uno por ciento más que los desplazamientos reales registrados en la Semana Santa de 2023, según indicó en la presentación de la operación Milagros Tolón, delegada del Gobierno de España en Castilla-La Mancha.

A la vista de los desplazamientos previstos, desde la Dirección General de Tráfico se pone en marcha un dispositivo de regulación, ordenación y vigilancia del tráfico para mejorar la fluidez de los desplazamientos a la par de velar por la seguridad vial. Recomiendan evitar viajar en las horas más desfavorables y de mayor intensidad de tráfico, principalmente entre las 15 y las 23 horas en la operación salida del miércoles 27 de marzo; y entre las 13 y las 23 horas en la operación retorno de los días 31 y 1.