El campanario de la Iglesia de El Salvador cuenta con una nueva campana que sustituye a la anterior que ha estado colocada durante 80 años. Se trata de la campana del Carmen y es una réplica de mayor calidad que su predecesora.
La propia campana cuenta su historia en un grabado en el que se puede leer: Virgen del Carmen me llamo, para La Roda nací, en este lugar me hallo, por venir a sustituir a otra de material malo que ochenta años vivió aquí, tenemos el mismo nombre y la misma misión recibí. La inscripción finaliza con el año en el que ha sido colocada, 2024, y el nombre del párroco en este momento, Fernando José Zapata. La decoración es exactamente la misma.
La anterior campana fue colocada en la posguerra, está datada en el año 1944, y ha sido sustituida porque estaba rajada. Cuando los sacerdotes decidieron arreglarla, descubrieron una aleación de mala calidad por lo que no merecía la pena su restauración. La nueva campana del Carmen es de bronce y pesa 400 kilos. Tuvo que ser colocada mediante un sistema de poleas con cadenas para poder levantarla. Los operarios tuvieron que hacer unos nuevos anclajes, lo que demoró los trabajos para su colocación, ya que los que estaban colocados no guardaban suficiente distancia.
El campanero ha sido Abel Portillo. El párroco de La Roda, Fernando Zapata, explica que la campana recién colocada también tiene la firma del campanero, «Abel Portillo solamente firma las campanas que sabe que son de calidad, con lo cual, que lleve la firma del maestro campanero es importante y nos da esa seguridad de que se trata de una campana de mucha calidad, de bronce».
Ha sido ubicada en el segundo piso del campanario, en el hueco situado en la parte de la plaza San Juan Pablo II, el mismo espacio que ocupaba la antigua campana.
Con la del Carmen y la de la Hermandad Penitencial Jesús Coronado de Espinas, las dos campanas colocadas recientemente, todavía queda un hueco por cubrir en el campanario que actualmente tiene seis campanas y una matraca en desuso. Precisamente, otro de los proyectos de la parroquia es la recuperación de la matraca. El vicario parroquial, José Valtueña, explica que «la idea es limpiarla y colocarla en el mismo sitio en el que se encuentra o encargar una matraca automática». De esta manera quieren recuperar la costumbre del toque de la matraca en Jueves Santo y Viernes Santo, días en los que no suenan las campanas. En algunas localidades como Peñas de San Pedro, parroquia de la que proviene Valtueña, «en la noche de ánimas, los hombres suben al campanario y están toda la noche, hacen incluso fuego en la torre para calentarse, y están tocando la matraca en memoria de los difuntos», explica el vicario parroquial.