En unos tiempos en los que la filosofía ha ido quedando relegada en los planes de estudio, todavía quedan jóvenes a los que les gusta la materia, como Naïa Galdón Ménard, estudiante de cuarto curso de ESO del IES Los Olmos de la ciudad de Albacete, que se ha proclamado ganadora, en la modalidad de Dilema Moral, en la IX Olimpiada Filosófica de Castilla-La Mancha. La alumna, de 15 años, representará a la región en la fase nacional, que se disputará en Mallorca los días 28 y 29 de marzo.
Enhorabuena por el premio. ¿Qué le supone haber ganado?
La verdad es que no me esperaba ganar. Yo iba a participar y ver lo que me aportaba la experiencia, así que todavía sigo en estado de shock. Estoy un poco confundida todavía.
¿En qué constistía el trabajo inicial que presentó a la Olimpiada y que le hizo ser seleccionada?
El tema general de la Olimpiada eran los cuidados. Yo me presenté en la modalidad de Dilema Moral. Se proponían tres textos y había que plantear un dilema moral sobre el que nos gustase más. Yo elegí uno que hablaba sobre una empresa y el medio ambiente y fue el que presenté para poder ir a la Olimpiada.
¿De qué hablaba exactamente?
Presentaba a una empresa que quería mejorar la situación de áreas que no tenían tanto acceso a la tecnología, pero era a costa de otras civilizaciones. En este caso, el proceso por el que tenía que pasar ese aparato que querían fabricar para mejorar la situación de una población era a costa de esa otra que tenía problemas con la minería. La pregunta que se planteaba era si era importante poner por encima el progreso de una sociedad a costa de otra que también estaba atrasada y que estaba sufriendo consecuencias.
Durante la celebración de la propia Olimpiada, tuvo que escribir otro texto en el momento. ¿Sobre qué?
Una vez allí, se nos planteó otro dilema moral. Había dos textos y los jueces eligieron uno y todo el mundo tenía que reflexionar sobre eso. El texto seleccionado trataba sobre un chico que, tras un accidente, quedaba tetrapléjico. Estuvo un tiempo en coma y al final despertaba y solo podía mover un pulgar. Entonces, le enseñaban a comunicarse con el pulgar pero él pedía la eutanasia y le decía a su madre que si lo quería de verdad, tenía que ayudarlo a morir. La pregunta que se planteaba para resolver el dilema era qué debía hacer la madre: si debía hacer caso a la petición del hijo de la eutanasia y encontrar la forma de conseguirla, porque en su país no se podía; o bien dejar que viviese a pesar de que no era el deseo del joven.
¿Y cuál era su postura ante esta difícil situación?
Un dilema moral tiene una estructura. Entonces, lo primero que hice fue plantear la problemática, encontrar la pregunta y proponer dos soluciones, que son las que ya he dicho, o bien permitir la eutanasia o bien dejar que viviese a pesar de que no era lo que él quería. A partir de ahí, tenía que analizar las ventajas y los inconvenientes de cada una de las opciones, es decir, analizar el problema y encontrar también los valores para cada opción. Por ejemplo, yo planteé la empatía. Me preguntaba si podía la madre empatizar con el deseo de su hijo de morir; y si el hijo tenía derecho a morir, porque tenemos derecho a vivir, pero ¿acaso tenemos derecho a morir? En la solución había que decantarse por una de las dos opciones y yo elegí que se permitiese la eutanasia, puesto que la había pedido el chico.
Luego tuvo que exponer el texto que había redactado ante un tribunal. ¿Cómo fue la parte de la defensa? ¿Estaba muy nerviosa?
Anunciaron los tres finalistas y yo estaba entre ellos. Como he dicho, no me lo esperaba y no tenía nada preparado nada para después. En unos pocos minutos, repasamos los argumentos que había dado y adelantamos alguna pregunta que pudiesen hacerme. Ya con eso, esperé mi turno, subí al escenario y primero hice la lectura del texto. Y después contesté a las preguntas que me hicieron los jueces e intenté defenderme lo mejor posible. Las preguntas están hechas para que dudes porque una parte del dilema moral es saber defender tu posición. En mi caso, no fue muy difícil porque escribiendo el dilema moral, tenía las ideas claras y eso ayuda bastante. Las preguntas que me hicieron intenté procesarlas lo más rápido posible y contestarlas en base a lo que había escrito en el texto.
Y ahora tiene el reto de la fase nacional. ¿Cómo será el proceso?
Es similar a ésta. Nos plantearán un texto y habrá que escribir sobre ello. Y luego defenderlo.
¿Qué le aporta la filosofía?
Aporta conocimientos. La filosofía intenta encontrar respuestas a muchas preguntas, aunque lo más importante de esas preguntas no es tanto la respuesta, sino la pregunta en sí. Lo que me gusta de la asignatura es que puede aplicarse en cualquier ámbito. La filosofía es muy extensa. Puedes juntarla con las matemáticas o con la historia. Es muy amplia y eso es lo que me gusta, la libertad que ofrece.
¿Qué le gustaría estudiar? ¿Entra la filosofía en sus planes?
No lo tengo claro aún. Siempre me ha gustado mucho la filosofía, la reflexión y, sobre todo, escribir. Una parte de mi vida siempre ha sido escribir y redactar. Por eso elegí dilema moral y me gustaría bastante basar mis estudios y mi futuro en escribir.