Locura en el Parque de los Príncipes

C. de la Blanca (SPC)
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Jean Vincent anota uno de los goles de los locales.

El éxito de la primera Eurocopa fue, en parte, por el atractivo que produjo en los conjuntos del este, que le dieron una gran importancia para demostrar su poderío. En 1960, la URSS lo aprovechó y ganó. Esa edición también dejó uno de los partidos más emocionantes de la historia del certamen. En semifinales, Yugoslavia y Francia libraron una batalla sin defensas que se la llevó el que consiguió conectar más golpes, un bloque balcánico que remontó para poner rumbo a la final derrotando a los anfitriones por 4-5.

Los 'plavi' se habían convertido en una selección pujante que había rozado la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de 1952 y de 1956. En ambos campeonatos se fue con una plata, aunque en 1960, meses después de caer contra la URSS en al final continental, logró la presea dorada en Roma 1960. De esta forma, Yugoslavia se presentó en la fase final de la Eurocopa de Francia con una plantilla favorita a todo que por el camino se había 'cargado' a Bulgaria y a Portugal.

Los galos, en cambio, habían protagonizado una evolución diferente. Sin apenas presencia ni destacadas actuaciones en campeonatos importantes, todo cambió en el Mundial de Suecia de 1958. Aquel combinado se hizo con el tercer puesto por delante de Alemania y tenía como base al gran Stade de Reims que se estrelló en dos finales de la Copa de Europa contra el Real Madrid en 1956 y 1959. Raymond Kopa, que acabó vistiendo de blanco, Just Fontaine, máximo goleador en una sola edición de un Mundial con 13 tantos, y Jean Vincent, los líderes ofensivos de aquella Francia, habían pasado por el equipo galo.

Y de la mezcla de esos dos planteles tan al alza por entonces salió un partido histórico. Galic, el mejor de Yugoslavia, abrió la veda, pero Vincent empató al minuto. La calma tensa la rompió Heutte antes del descanso, e incluso Wisniewski amplió la renta de los locales hasta el 3-1, pero Zanteic recortó distancias y aunque otra vez Heutte parecía darle el pase a 'les bleus' con el 4-2, los balcánicos se desataron en cinco minutos legendarios en los que el tanto de Knez y el doblete de Jerkovic llevaron a los 'plavi' a la final.