El Albacete no pudo romper en el estadio Martínez Valero su mala dinámica de resultados ante un rival muy superior y que justificó su candidatura al ascenso directo a Primera. El conjunto de Rubén Albés logró adelantarse en el marcador y soñó durante muchos minutos con sumar al menos un punto, pero acabó aplastado por el juego del conjunto ilicitano, que generó numerosas ocasiones de gol para haber conseguido un marcador más amplio.
No fue suficiente una tarde inspirada de Manu Fuster, autor de dos goles de bella factura, para aliviar la situación clasificatoria del cuadro manchego y darle una alegría a los 2.000 seguidores albaceteños desplazados al estadio del Elche.
El equipo de Albés, pese al ambiente festivo, no se dejó intimidar y saltó al césped decidido a competir y plantar cara. Los primeros minutos fueron claramente del Alba, que, con un planteamiento valiente, salió decidido a buscar al rival en su propia área. Nada más arrancar el partido, Álvaro Rodríguez se encontró con un balón en el área, mal despejado por la zaga local, pero su disparo salió rozando el palo.
El Elche, sorprendido por la propuesta de su rival, tuvo dudas y de ello se aprovechó el Albacete para golpear primero. La fuerte presión a la salida del balón cortocircuitó a Dituro, el primer atacante del equipo ilicitano, que regaló el balón a la zona de medios para que Manu Fuster arrancara hacia la portería y tras perfilarse lanzara un disparo al ángulo ante el que nada pudo hacer el portero del conjunto ilicitano.
El Albacete había logrado apagar de golpe la fiesta en las gradas, donde se dieron cita 24.000 espectadores, y romper la imbatibilidad de Dituro en el Martínez Valero, donde aún no había recibido un tanto desde su fichaje por el equipo franjiverde en el mercado de invierno.
El gol le hizo daño al Elche, poco acostumbrado a remar a contracorriente en los últimos meses, y le dio estabilidad emocional al Albacete, que durante unos minutos pudo vivir con relativa tranquilidad. Los jugadores creativos del Elche, como Nico Fernández, se sentían incómodos e incapaces de tener situaciones de ventajas ante el buen dispositivo táctico de Albés.
Pero el conjunto de Sebastián Beccacece vive en estado de gracia y tiene mil maneras diferentes de buscarle las vueltas al partido. El Alba tapó los caminos interiores, pero aparecieron entonces las bandas, donde Morente y Josan comenzaron a ganar protagonismo.
Con el paso de los minutos el equipo manchego comenzó a meterse atrás ante el bombardeo de centros a su área. Mourad, de cabeza, y Morente, con un remate a quemarropa, estuvieron muy cerca de hacer el empate. El Elche volcó definitivamente el partido hacia el área de Vaclik con la entrada al campo de Mendoza por Carreira.
El nuevo dibujo del equipo ilicitano desconcertó al Albacete, incapaz de amasar sus posesiones y de aprovechar los espacios a la espalda de los centrocampistas del Elche. El conjunto local siguió llamando a las puertas del gol, que acabó llegando de forma inesperada. Un centro al segundo palo fue despejado por Álvaro Rodríguez contra la pierna de Morente, quien, casi sin querer, acabó batiendo a Vaclik en el último minuto del primer tiempo.
El descanso salvó al Albacete de la tormenta de juego ofensivo del Elche, aunque sólo de forma momentánea, porque nada cambió en el inicio de la segunda parte. El conjunto de Albés siguió sufriendo una barbaridad en cada centro lateral y sus centrocampistas eran incapaces de sacarse de encima la presión de la escuadra ilicitana, que recuperaba la posesión del balón con una enorme facilidad.
En plena avalancha local llegó el segundo tanto, obra de Nico Fernández, que aprovechó la poca contundencia de la defensa de la formación albaceteña para empalar el balón a la red desde el interior del área.
El segundo tanto descompuso al equipo de Albés, que durante varios minutos estuvo a merced del juego dinámico, profundo y vertical de su rival. Morente se convirtió en un martirio para la banda derecha del Alba, incapaz de sujetar las penetraciones del extremo local.
El tercer gol y la sentencia del partido era cuestión de tiempo y de acierto del Elche ante un Albacete que sólo pudo abrir el paraguas a la espera de que pasara el chaparrón de juego. Con el paso de los minutos, el equipo de Albés logró salir de la cueva y estirar algo sus posesiones, aunque sin ninguna capacidad de generar peligro o de hacer llegar el balón a Manu Fuster y al resto de los atacantes.
En el minuto 67, Rubén Albés decidió intervenir con un doble cambio, dando entrada en el campo a Fidel, muy ovacionado en su regreso al campo en el que es un ídolo y donde logró dos ascensos a Primera en dos etapas diferentes. El partido se equilibró. El Elche, fatigado, dejó de llegar en oleadas y el Albacete pudo respirar tranquilo e instalarse incluso con el balón en territorio de su rival.
De forma sorprendente, el Albacete encontró el premio del empate tras una gran acción de estrategia en la que Manu Fuster sorprendió, llegando al segundo palo, a toda la defensa local. Quedaban sólo 13 minutos para el final y el empate hizo que la afición albaceteña se hiciera notar en el estadio.
Comenzaba un partido nuevo, en teoría. Pero el Elche reaccionó con tanta rabia como contundencia y sólo tres minutos después volvió a adelantarse en el marcador. Mourad recogió un rebote del palo, tras disparo de Nico Castro, para marcar a pesar de la oposición de Kaiky, devorado por la corpulencia del delantero del equipo ilicitano.
El tercer tanto fue la estocada definitiva para el Albacete, que ya no tuvo fuerzas, fútbol ni fe para volver a intentar igualar el marcador. El Elche jugó a placer y dispuso incluso de ocasiones para anotar el cuarto ante la desesperación de la afición albacetense.