El Real Madrid está más cerca que nunca de hacerse con los servicios del entrenador Carlo Ancelotti. El PSG ya ha puesto precio para que el italiano sea el próximo entrenador del Real Madrid. Según informó el diario L’Equipe, el club que preside el jeque Nasser Al-Khelaifi estaría dispuesto a aceptar cuatro millones de euros como compensación.

Una vez que la negociación se ha desbloqueado, la idea del Real Madrid es cerrar el pacto en los próximos días para poder presentarlo la próxima semana y que tome las riendas del equipo. Una vez ya en la capital, el técnico tendría que decidir a qué jugadores quiere poner en venta y terminar de perfilar la pretemporada.

A la espera de que la operación se concrete, el presidente ‘merengue’, Florentino Pérez, insistió ayer en que Ancelotti «es una de las opciones», pero volvió a remarcar que «nadie ha hablado con él ni le ha ofrecido nada. Cuando pensemos que es lo que mejor necesitamos, haremos el movimiento», apuntó.

«Buscamos alguien que conozca bien la casa, al equipo y que no pierda tiempo en ese sentido. Contemplamos posibilidades que algunos todavía no se imaginan y podrían ser buenas», advirtió. «Zidane fue un magnífico jugador y se impregnó de madridismo. Lo que quiere es ser técnico y en esta nueva faceta es en la que más nos puede ayudar», apuntó.

De cara al futuro deportivo, el mandatario subrayó que no tienen «ningún as en la manga», que su apuesta por fichar grandes estrellas se basa «en el modelo económico deportivo» que les enseñó Santiago Bernabéu, y que lo de los canteranos «va por rachas».

«Los grandes jugadores son caros y los jeques y los nuevos países han puesto el mercado por las nubes», añadió Pérez, que indicó que están trabajando en la UEFA para que esa competencia desleal se ordene. «A ayudar no ha venido, porque puedes luchar contra un club, pero no contra un Estado», avisó, recalcando que Emirates, nuevo patrocinador del equipo, «es una empresa normal. Pone su nombre allí donde abre una línea, no son magnates», aclaró.

Además, felicitó a su homólogo en el Barcelona, Sandro Rosell, que ha fichado «a un magnífico jugador» como Neymar. «Nos llamaron del Santos y nos hicieron un planteamiento que se nos salía de nuestro ecosistema. Le felicito porque lo ha debido resolver».

Por otro lado, también se mostró seguro de que el delantero portugués Cristiano Ronaldo «se va a retirar» en el Santiago Bernabéu y, aunque aseguró que «no hay negociación abierta» para renovarle, lo que espera que se inicie en julio, el de Madeira todavía tiene «dos años más de contrato».

«Aún no hemos abierto ninguna negociación, eso será a partir de julio, pero mi opinión es que va a seguir», confesó. En este sentido, el empresario desconoce qué fue lo que le pasó para que el luso «dijera que estaba triste», pero si afirmó que «nunca» le dijo que «con su cláusula compraría a Messi». «Nunca me ha dicho que se quiera ir», admitió, al tiempo que apuntó que el PSG no se ha interesado en el ‘crack’ y que la relación del ‘siete’ con José Mourinho «ha sido buena», pero que eso no es óbice para que el técnico «le haya tenido que reprochar algo, aunque nada digno de destacar».

Por último, Florentino Pérez advirtió que no quiere «hablar de jugadores en concreto», calificando al galés Gareth Bale de «magnífico», lo mismo que su actual plantilla, de la que «solo quedan algunos retoques», el primero el del lateral Dani Carvajal, que «se ha ganado a pulso volver», finalizó.

Duras críticas. Mientras tanto, el ya exentrenador blanco, José Mourinho, volvió a lanzar sus dardos en contra del equipo al que ha dirigido durante tres temporadas, en unas declaraciones en las que comentó que la «gente no está preparada para que los jugadores sean todos iguales» y recordó que sus alineaciones se confeccionan por «meritocracia» y «no por estatus».

«Casillas es un jugador y para mí son todos iguales. A mí ya me ocurrió con Materazzi en el Inter; y este año hemos visto cómo Benítez ha dejado a Terry en el banquillo o Ferguson también lo ha hecho con Rooney...», añadió.

Mourinho desatacó que entiende las predilecciones de la grada, pero es él quien hacía las alineaciones. «La gente piensa que Íker es mejor que Diego, pero el entrenador era yo. Prefiero tener problemas con la prensa y con media ciudad, que conmigo mismo. Ahora se cierra un ciclo y le deseo lo mejor. Yo voy a buscar más felicidad», finalizó.