Toda una vida

C. Guzmán
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Una resolución de la Alcaldía sella la adjudicación del Carlos Belmonte al Albacete para medio siglo

Vista parcial del Carlos Belmonte durante un partido de liga. - Foto: Rubén Serrallé

La concesión administrativa demanial por la que el Albacete Balompié prolonga el uso exclusivo del estadio municipal Carlos Belmonte adquirió carta de naturaleza con la resolución que rubricó el pasado jueves Manuel Serrano, alcalde de la ciudad. El citado trámite administrativo da continuidad al acuerdo de la Junta de Gobierno de 31 de agosto de 2023 que aprobó el expediente de concesión y al de 11 de enero de 2024 que acordó la adjudicación directa. 

Aunque ya es de dominio público, lo más llamativo de esta concesión es la duración de la misma, 50 años, un objetivo que persiguieron los actuales propietarios y también los anteriores, pero que solo ahora han logrado con la actual Corporación. De este modo, si el acuerdo no decayera por alguna razón, el estadio será objeto de uso exclusivo del Albacete Balompié hasta agotar el tercer cuarto de siglo.

La resolución municipal de 12 de septiembre por la que  se resuelve la adjudicación directa habla de un espacio «destinado principalmente al ejercicio de la actividad deportiva», aunque también reconoce «usos complementarios y asociados» basados en su explotación comercial «incluidas las fachadas exteriores». El acuerdo recoge que el nombre de Carlos Belmonte tendrá «carácter preeminente» en caso de que el Albacete intente darle un nombre comercial, lo que implica que los derechos de explotación incluyen «los derechos de denominación». 

El pago de un canon anual es una de las novedades en esta nueva relación entre la sociedad anónima deportiva y el Consistorio. En vista de que «no existe imposición normativa» en relación con un porcentaje que constituya esa tasa, se ha acudido a una «comparativa» entre los estadios de la misma categoría (de Segunda División se supone) para determinar «los previsibles ingresos de la adjudicataria» en cuanto a esos ingresos comerciales generados en el Carlos Belmonte. A este respecto, dependiendo de la categoría en la que compita, el Albacete pagará 48.000 euros en Primera RFEF (cuatro por ciento de ingresos), 150.000 en Segunda División y 306.000 en Primera División (ambos un seis por ciento). Curiosamente quedan fuera de esa estimación los ingresos por derechos de televisión, que incrementarían notablemente los importes del canon.

También se contempla una «compensación anual» en caso de que el club realice modificaciones en el estadio, cuya cuantía se traduciría en una resta de la tasa, es decir, una merma en los ingresos de dinero público en virtud de las exigencias del negocio. Si esa inversión del Albacete superara el montante del canon, este dejaría de pagarse y la diferencia se compensaría «en las anualidades siguientes».

Al disfrutar de ese uso privativo, el Albacete Balompié SAD debe costear «el mantenimiento completo e integral de todas las instalaciones y la limpieza de las mismas», y el equipamiento que se incorpore pasar a manos municipales al término de la concesión. Este mantenimiento será objeto de un informe de su estado encargado por el Ayuntamiento cada dos años con cargo al canon anual.

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