11 monasterios para perderse por Castilla-La Mancha

S.L.H.
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Hay lugares donde el sosiego toma forma y el silencio se convierte en la mejor compañía. Son los monasterios, construidos hace siglos en parajes que transmiten una paz infinita.

Considerados Patrimonio de la Humanidad, Bien de Interés Cultural o Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha o España, los monasterios son lugares en los que disfrutar de la historia y la arquitectura de la región en entornos extraordinarios.
En Castilla-La Mancha hay lugares donde el sosiego toma forma y el silencio se convierte en la mejor compañía. Son los monasterios, construidos hace siglos en parajes que transmiten una paz infinita. En ellos habitaron nobles y reyes, y también encontraron inspiración poetas y escritores.
Un viaje plácido en el que disfrutar del arte, la historia y la naturaleza. A lo largo de las cinco provincias -Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo- se puede visitar numerosos conventos y abadías. Son monumentos de diferentes estilos, algunos continúan acogiendo comunidades religiosas y, en otros, incluso se puede dormir.

 

Monasterio de San Juan de los Reyes

El Monasterio de San Juan de los Reyes, en la ciudad de Toledo, es una de las obras de la arquitectura gótica más espectaculares de España. Ubicado en plena judería, fue ordenado levantar por los Reyes Católicos para conmemorar la Batalla de Toro, con miras a ser el futuro lugar para su enterramiento. Mezcla el gótico y el mudéjar, destacando su iglesia, claustro, y el retablo del altar mayor.
La iglesia es de una sola nave y capillas laterales entre los contrafuertes, destacando la abundante decoración que adorna el crucero y la capilla mayor.
De especial interés es su claustro; en su parte baja posee una abundante decoración de relieves con motivos vegetales, animales fantásticos y representaciones humanas, así como de un buen número de esculturas de bulto redondo.

 

Monasterio de Monsalud

Al borde del pantano de Entrepeñas, en el valle del rio Tajo, se halla la localidad de Sacedón que incluye en su término a las anexionadas Córcoles y Poyos. De su pasado conserva restos paleolíticos en el yacimiento de la Olmedilla y romanos en los parajes de El Molino y El Pozuelo. Si visitamos el pueblo, además de antiguas casonas nobiliarias y una estatua de la Marilblanca encargada por Fernando VII, nos tendremos que detener a visitar la iglesia de la Asunción, construida en el siglo XVI; y en la cercana aldea de Córcoles una joya del medievo, el Monasterio de Santa María de Monsalud.
Es un impresionante conjunto monástico cisterciense contruido en la segunda mitad del siglo XII. Aunque transformado en los siglos XVI y XVII, aún conserva su estructura medieval y la elegancia y austeridad propias de la arquitectura cisterciense.

 

Monasterio de Sta. María de Sistal, en Olmeda de Cobeta

La Comarca de Molina acoge esta pequeña localidad con algo más de 100 habitantes que suma a su término municipal los terrenos del Monasterio de Buenafuente del Sistal, declarado Bien de Interes Cultural (BIC) con categoría de Monumento. Lo primero que debemos hacer es contemplarlo desde lejos para apreciar la belleza del enclave en el que se encuentra, un valle rodeado de pinares y sabinas entre los que aparece esta construcción de piedra, sin duda una imagen digna de postal.
El monasterio fue fundado por monjes agustinos en el siglo XII, posee una iglesia románica en su interior de una sola nave y dos entradas muy parecidas formadas por cuatro arquivoltas que apoyan en dos pares de columnas con capiteles vegetales. Una de estas entradas da paso al templo y la otra al claustro. En él se encuentra el visitante con la fuente que da nombre al monasterio, ya que sus aguas provienen del manantial que pasa por el interior del monasterio.

 

Monasterio de Sopetrán, en Hita (Guadalajara)

Los restos del Monasterio de Sopetrán forman un conjunto de planta rectangular. En su interior se encuentra el claustro y en su perímetro se conservan tres pabellones de lo que fue el monasterio. En la cara norte estuvo la Basílica, hoy desaparecida. En el extremo norte estuvo la Iglesia, de la que sólo quedan las cuatro enormes basas del crucero. En la que parece la antigua sacristía se aprecian arranques de bóveda nervada de tradición hispánica. El paso de la planta cuadrada a la octogonal se hace por medio de formas aveneradas. El claustro se comenzó en el siglo XVII. Es la pieza artística que mejor se conserva en la actualidad.

 

Monasterio de Santa María de la Merced

Es el edificio de mayor dimensión de Huete, y una de sus señas de identidad. El monasterio fue fundado en la segunda mitad del siglo XIII. El arquitecto fue Cosme de Peñalacia y el diseño de su iglesia, conocida como la Iglesia San Esteban Protomartir, todavía en uso, se debe a José de Arroyo. Tiene planta rectangular, tres alturas y sótano con fábrica de sillería y sistematización regular de huecos en la fachada. La sacristía, inaugurada en 1754, tiene un retablo manierista del siglo XVI con tablas pintadas por Pedro Muñoz de Aguilar. La fachada de la iglesia es del siglo XIX y las del resto del edificio, formadas por dos órdenes de balcones y uno de rejas, del siglo XVIII.
El claustro barroco (1645-1648) fue diseñado y construido por Cosme de Peñalacía. La sala capitular, hoy salón de actos, se atribuye a José Martín de Aldehuela en el siglo XVIII.

 

Monasterio de Uclés: ‘El Escorial de La Mancha’

A medio camino entre Cuenca y Madrid, sobre la ladera de una empinada colina, se alza Uclés, una hermosa villa de orígenes celtíberos y romanos que parece anclada en el pasado. Rodeada por los restos de sus murallas, sus torres, siempre vigilantes, observan inmutables el transcurrir de los siglos. Y en la cumbre, sobre un cerro bañado por el río Bedija, con el pueblo desplegándose a sus pies, se levanta el Monasterio de Santiago, un conjunto  monumental extraordinario a la par que majestuoso, al que se ha dado en llamar con acierto «El Escorial de La Mancha».
El monasterio forma parte de un conjunto de fortificaciones que tuvo sus orígenes en la dominación musulmana de la Península Ibérica. Tras su reconquista por los cristianos fue donado por el Rey de Castilla Alfonso VIII a la Orden de Santiago. Era el el 9 de enero del año 1174, como se recoge en el llamado Tumbo Menor de Castilla. Una de sus miniaturas muestra la escena de la donación junto a un dibujo del primitivo castillo. El interior del monasterio se articula en torno a un claustro del siglo XVII cerrado por treinta y seis arcos, con el bello brocal barroco del aljibe en el centro.

 

Monasterio de Cortes, en Alcaraz

El Santuario-Monasterio de la Virgen de Cortes de la localidad de Alcaraz, en la provincia de Albacete, es un importante centro de peregrinación de gran fama en los alrededores. Fue consagrado en el siglo XIII y por él han pasado ilustres españoles como Alfonso X El Sabio.
En 1265, Alfonso X el Sabio se reúne con su suegro Jaime I de Aragón para delimitar terrenos de conquista. Ambos son informados de la aparición de la Virgen y deciden dar una aportación para la ampliación de la Iglesia y la construcción de una hospedería. El Monasterio de la Virgen de Cortes tiene un retablo Barroco en el altar Mayor que se ejecutó en 1727.

 

Monasterio de la Encarnación

El antiguo Monasterio de la Encarnación, situado en la ciudad de Albacete, fue construido sobre un Beaterio del siglo XV y en él destacan los artesonados que cubren la iglesia y las galerías del claustro. Hoy alberga el Centro Cultural de la Asunción.
La iglesia es de planta rectangular, con un gran artesonado con casetones octogonales. El claustro consta de dos cuerpos con cuatro arcos por frente y con los órdenes invertidos: columnas jónicas en la planta inferior y toscanas –de menor tamaño- en el segundo.
En las enjutas hay espejos circulares convexos. El pretil del cuerpo superior se adorna con arquillos ciegos.

 

Monasterio de San Francisco de Guadalajara

Del antiguo monasterio franciscano queda hoy una gran portada neoclásica, que da acceso a un edificio del que se conserva, parte del antiguo claustro renacentista. Y la iglesia, cuyo exterior presenta una fachada y torre modernas. Bajo el ábside se encuentra el ostentoso Panteón Ducal de la Casa del Infantado. Se accede por escalera que surge en el ábside del templo.
En las paredes se colocan, unas sobre otras, las urnas sepulcrales de los Mendoza, de traza similar a las Reales de El Escorial. Paredes y suelo se tapizan de mármol rosa y negro, procurando al recinto una sobrecargada belleza barroca. La invasión francesa le dio un aspecto solador, pero actualmente se ha visto beneficiado de una acertada restauración.
En 1859 se trasladaron a Pastrana, a su Iglesia Colegiata, en varias urnas, los restos de algunos Mendoza ilustres, entre ellos se cree que los del primer Marqués de Santillana, aunque es difícil asegurarlo tras haber sido derramados y confundidos los restos de esta familia.

 

Monasterio de La Purísima Concepción y San Bernardo

Fundado en 1597 en Villarrobledo, el Monasterio de la Purísima Concepción y San Bernardo es el primer convento que se crea en Villarrobledo. Se construyó sobre el antiguo Hospital de la Caridad, que a su vez había sido levantado sobre la primitiva Iglesia de la Concepción de mediados del siglo XV.
Se vio afectado por la Desamortización de Mendizabal y la Guerra Civil provocó la destrucción de sus valiosos archivos y obras de arte.
Es una sólida construcción que ocupa un gran espacio en la zona centro de la ciudad. De estilo renacentista «popular» destacan la portada principal de acceso a la iglesia de aspecto sobrio con arco de medio punto en piedra; y el claustro del interior del convento, aunque esta zona no es accesible al público.
El interior de la iglesia de una sola nave y ábside semicircular presidido por un retablo con la imagen de Jesús de Medinaceli en el centro.
Encontramos en Villarrobledo una de las grandes poblaciones de la Mancha albacetense, a 86 kilómetros de la capital, que recoge en su término municipal a las pedanías de Moharras y Casa de Peñas. Fue el siglo XVI el de su esplendor económico y social como demuestran varias de las construcciones que se hicieron durante esta centuria como la actual iglesia de San Blas, varios conventos e incluso la casa del Ayuntamiento. Todas ellas son visitas de interés que se recomiendan a los que pasen por la localidad, que ofrece, además de otras muchas cosas, un conjunto urbano de calles amplias y muros encalados al estilo de otras poblaciones castellano-manchegas característicos de la industria bodeguera que prevalece en la zona.

 

Monasterio de Bonaval

Las románticas ruinas del monasterio cisterciense de Bonaval se encuentran perdidas en un valle serrano de la provincia de Guadalajara, cerca de Retiendas, en la comarca de Tamajón, a las puertas ya de la Sierra Negra del Ocejón. Se llega andando desde la carretera que va de Retiendas a Valdesotos. Siempre es un agradable paseo el que se hace por un camino de tierra entre robles. La llegada y la visita merecen la pena.
El nombre de este monasterio alude claramente al entorno geográfico en que asienta: un breve y estrecho valle, encajonado entre las altas sierras que se desgajan hacia el sur desde el macizo central de la Somosierra. Un breve arroyo lo nutre.
Ahí se asienta el monasterio que fuera antaño de los monjes cistercienses. Las ruinas del monasterio son muy expresivas de la arquitectura de esta orden monacal en la Edad Media, y a pesar de su lamentable estado de ruina y abandono, merece la pena realizar, incluso a pie, desde Retiendas, el viaje que permite contemplarlas en todo su sabor.