Convocados por los sindicatos CCOO y UGT, decenas de trabajadores de bancos se concentraron al mediodía en la Plaza del Altozano para dar visibilidad a su jornada de huelga con motivo del bloqueo en la negociación del convenio colectivo del sector financiero, en el que las partes no llegan a un acuerdo, a diferencia de lo ocurrido con los de cooperativas de crédito y ahorro.
Carmen Cortés, delegada de CCOO, indicó que «la participación está siendo bastante alta, de en torno al 70 al 80%, con la mayoría de las oficinas cerradas» y recordaba que «reivindicamos un incremento salarial acorde a los beneficios que obtienen las empresas, extraordinariamente elevados, pero que no repercuten en las plantillas», así como «que la presión disminuya, ya que la carga laboral y la presión comercial son insostenibles, por lo que solicitamos que se contrate más personal para que podamos trabajar de una forma digna y podamos dar un buen servicio a los clientes».
Precisamente Cortes incidía en que muchas veces son los empleados quienes han de recibir las críticas de los usuarios, «porque la cara visible de la empresas somos nosotros y aunque se está digitalizando todo, aún hay muchas personas que no están en situación de hacer los trámites por vía telemática».
Por su parte, Dionisio Verdú, representante de CCOO Castilla-La Mancha en el sector, resumía la situación en «presión desmedida, objetivos inalcanzables y plantillas insuficientes». «La negociación se ha encallado porque no están por la labor de ceder en materia de salarios, ni en absorciones y compensaciones, y pretendenn aumentar kilómetros en la movilidad geográfica y eliminar los pagos por antigüedad».
Los trabajadores afectados por el convenio son unos 400, según indicaba el secretario provincial de la Federación de Servicios, Movilidad y Consumo de UGT Albacete, Jacinto Navarro, quien señaló sobre el conflicto «que queremos que la patronal AEBE considere que, dada la situación actual del mercado financiero con resultados extraordinarios, ahora hay que compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, que han sufrido muchos recortes durante los últimos año». «La subida salarial que reclamamos es un mínimo irrenunciable», zanjó.