El mercado de las criptomonedas inició su actividad en 2008 con el bitcóin y, desde entonces, no ha parado de ganar adeptos a pesar de que cuenta también con voces muy autorizadas que desaconsejan incluirlos en las carteras de inversión.
De 2008 a 2014, esta divisa digital multiplicó su valor de un dólar hasta los 1.000 dólares y, si nos fijamos en este mismo mes de marzo, es decir, 10 años después, ha llegado a superar los 72.000 dólares, lo que le ha permitido escalar hasta su máximo histórico.
Los expertos analizan esta criptomoneda por su gran crecimiento y volatilidad pero, además, por el gran interés que cada día despierta entre más ahorradores, no solo profesionales de los mercados bursátiles, sino también por particulares que ven en este producto financiero especulativo la forma de conseguir revalorizar sus inversiones de una forma que ningún otro les ofrece en el mercado tradicional.
La gran pregunta que todos se hacen es ¿qué ha pasado para que en los últimos cuatro meses haya duplicado su cotización? El análisis que se hace de las últimas semanas pone de relieve un desarrollo exponencial en cuanto a la valoración de las criptomonedas que ha provocado un efecto llamada de personas sin cultura financiera pero que, a la vista de los datos, han decidido probar en un escenario complejo en el que hay expertos que defienden que se trata de una burbuja.
Hace unas semanas, una voz muy solvente en el mundo financiero, Ulrich Bindseil, director general de Estructura de Mercado y Pagos del Banco Central Europeo, alertó de que el bitcóin es «un castillo de naipes» que se va a derrumbar, y que su valor, pese a la cotización actual, en realidad es cero. «La capitalización de mercado cuantifica el daño social general que se producirá cuando el castillo de naipes colapse», llegó a advertir.
Para otros expertos, la situación actual se explica en una sobrexcitación que transmiten miles de inversores que han visto crecer sus ahorros con subidas exponenciales que no les da ningún otro valor en Bolsa, ni siquiera las firmas las tecnológicas como Apple o Meta con evoluciones muy destacadas.
También los economistas consideran que el último repunte que ha llevado a máximos históricos al bitcóin se debe tanto a las expectativas de bajada de tipos de interés por parte tanto de la Reserva Federal de EEUU como el Banco Central Europeo y a un pronto abaratamiento del precio del dinero que propiciará la vuelta a las inversiones en valores especulativos como el mercado bursátil o, por ejemplo, también las criptomonedas.
En este escenario, también se cita que detrás de este subidón está el aval de las autoridades estadounidenses a los ETF, un fondo cotizado en Bolsa que rastrea el precio del bitcóin a través de contratos de futuro al contado, lo que ha enarbolado su demanda y también su precio, dando entrada a grandes inversores institucionales solventes.
Incertidumbre
Es difícil hacer una previsión sobre el futuro de estos valores, pero los economistas más familiarizados con el mercado de las criptomonedas apuntan a que el activo ha entrado ahora en terreno desconocido, con defensores y detractores en todo el planeta y todo puede pasar, incluso, que antes del verano supere los 100.000 dólares que siempre ha sido una meta para los inversores, pero que aún no lo ha conseguido.
Y finalmente, otro factor a tener en cuenta es que la correlación del mercado de las criptomonedas con el sector financiero que crece y se mueve en ciclos similares, así como que divisas como el bitcóin han superado la condición de ser tan solo un producto especulativo.